10 cosas que siempre te pasan en la playa

Porque hay cosas que no fallan en tus vacaciones en el mar.

Si vas a la playa este verano ten en cuenta todo esto.

1. Encontrar algas en lugares inesperados. Después de pasar a saltos la orilla para evitar pisar esa queridas plantas encuentras algas en tu bañador, en tu pelo y , en general, en lugares donde no deberían estar.

2. Acabar con marcas de moreno que no sabes cómo se han hecho. Vale, las del bikini las esperabas, pero ¿cómo ha pasado eso de solo quemarte un hombro o un cachete del culo? Y luego, meterte a la ducha y hacerte gracia a ti mismo con esas partes blanquitas de tu cuerpo.

3. Ver una persona (probablemente guiri) bañándose con camiseta e incluso pantalón. Suele ser una persona blanca como la leche bañándose con camiseta, pantalón y sombrero.

4. O, en su defecto, alguien embadurnado en crema solar. Si no lleva camiseta, parece como si llevara una blanca. Siempre diciendo a nuestra madre “mamá no me eches tanta crema que me quedo blanco” y luego ver esas personas en la playa que te dan ganas de empujarlas a la arena para hacerles la croqueta.

5. Que te sorprenda una ola fuerte y disimules como que nu hubiera pasado nada. A todos nos ha pasado, no necesita explicaciones, simplemente la ola te impacta y tú miras alrededor esperando que no te haya visto nadie, y si tienes mala suerte y alguien lo ha visto disimulas en plan: eso era justo lo que quería que pasara, no es que me haya pillado desprevenido.

6. Ir por la arena dando saltitos como si estuvieras andando sobre el mismísimo fuego. La verdad me gustaría ver esos que andan sobre las brasas en la playa a las 12 de la mañana, seguro que no lo aguantarían. Desde que termina el paseíto de madera hasta que dejas la toalla soportable con las chanclas, pero desde que dejas las chanclas y la toalla y las chanclas y llegas al agua… eso ya es otra cosa.

7. Extender la toalla vigilando que no te invada ni un grano de arena mientras te tumbas encima. Y pobre del que te salpique un grano de arena a tu toalla perfectamente estirada contigo encima. Y es que aun estando en la playa y sabiendo a lo que vamos lo de mancharnos de arena es algo que no terminamos de soportar.

8. Levantar después la toalla echando arena a todo el que está cerca. Ahora es distinto, cuando eres tú el que llena de arena la toalla del de al lado al sacudir la tuya. Ups, qué fallo.

9. Mancharte los pies de arena después de limpiarlos en el lavapiés. Y vuelta a la arena, venga si ya estaban limpios, y otra vez te manchas y ya llevas esa arenita pegada a pie y chancla hasta tu casa.

10. Reflexionar sobre la inmensidad del mar y la constancia de las olas. Cuando ya nos hemos olvidado de los problemas mundanos relacionados con la arena y te pones a mirar a esa inmensa masa azul que está delante de ti. Piensas en lo grande que es, lo pequeño que te sientes, y sobre todo piensas en que esas olas nunca han descansado ni un momento, ni lo van a hacer. Personalmente, este es el pensamiento que más recorre mi mente. Las olas son como el corazón del mar, solo que ellas no dejarán nunca de latir.

Las palabras son, junto con los gestos y miradas, el mejor vehículo de expresión. Estudiante de Magisterio, escritora en potencia y proyecto de fotógrafa. Escribir es mi manera de decirle al mundo que aquí hay alguien a quien deben escuchar.
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