10 cosas sin sentido que todos acumulamos en casa

Si. Lo sé. Es difícil. Algunos van al psicólogo a que les ayude, no te avergüences. Pero tienes que tirar estas cosas ya.

Tal y como aprendimos de Como Conocí a Vuestra Madre, llega un momento en el que se deben tirar todas esas cosas que no usamos, en un proceso cuya regla principal es: si la has usado en el último año, se queda, si no, a la basura. Sea como fuere, aquí os traemos una lista de cosas que se acumulan y nos invadirán cualquier día.

1. Material de papelería que no usas. Principalente, bolígrafos. Miles de bolígrafos que no escriben. Si, a todos nos pasa: coges uno, ves que no escribe, y lo vuelves a dejar donde estaba. Es un circulo vicioso que conseguiremos vencer en la próxima evolución del Homo Sapiens Sapiens. 

2. Bolsas de plástico. Es decir, lo interesante de guardarlas es volver a usarlas. Pero si, a todos nos pasa: al final se te olvida coger las bolsas y acabas teniendo que comprar una. Y otra. Y otra. Y de repente un armario de la cocina se ha convertido en el hogar de una familia de bolsas felices, de todos los tamaños y edades: bolsas abuelos, bolsas padres, y las pequeñas bolsas bebé que te dan en los chinos. Amarillas.

3. Folletos turísticos y entradas de museos y trenes. Es decir, entiendo que se quieran guardar algunos. Un par. Por eso de los recuerdos, el primer viaje con tu pareja, etc. Pero no hace falta que guardes todas las entradas del Museo del Prado y todos los billetes de avión; ni hace falta que guardes el folleto turístico de aquel museo de hilos de seda. Y quita lo de Iberia de la maleta. Por favor.

4. Cosas varias: botones de repuesto, sobres de naftalina, juguetes de huevos kinder, pequeños objetos decorativos sin sentido, tubos de lacasitos... Hay una multitud de objetos heterogéneos que la gente acumulará hasta que un agujero negro absorba a la Tierra con ellos dentro. Pero bueno, ¿qué sería de nuestras casas sin estas cosas? Pues una casa más limpia. Tira la casa por la ventana, pero literalmente.

5. Tickets y facturas. Multitud. Guardarlos hasta que pase un tiempo prudencial, por si hay que cambiar algún producto, es normal. Guardar  el ticket de unos casos de un euro que te compraste hace tres meses en un chino, se acerca al síndrome de diógenes. Y guardar 30 tickets de 30 cascos, ya roza la paranoia.

6. Apuntes viejos. No, los libros de sexto de primaria no los van a usar tus hijos, desengañate. Y estamos en el siglo XXI. La mayoría de tus apuntes importantes estarán en el ordenador o en un disco duro. No hace falta que guardes todo lo que imprimas, de verdad. ¡Recicla! O quémalos cuando termines la carrera. Es una opción muy liberadora.

7. Cables. Todos tenemos una maraña de cables. De verdad, creo sinceramente que el cargador de aquel nokia 5200 que fue nuestro primer móvil no va a ser necesario. Ni esos cascos de renfe que te han funcionado durante dos días.

[Extra: ¿Qué es un chino enredado en cables? Un chino cableado]

[Perdón]

8. Cajas y manuales de instrucciones. Las cajas a veces pueden ser útiles...pero los manuales de intrucciones no. Seamos sinceros. Somos la generación que ha aprendido sin manuales de instrucciones. Aprendes a utilizar algo utilizándolo, y cualquier duda es resuelta por google y forocoches o, en su caso, yahoo respuestas. No hace falta dejar a los manuales de instrucciones un final en el olvido. Echalos al contenedor azul y permíteles volver a vivir como un cuaderno de papel reciclado que todo el mundo compra y nadie usa.

9. Periódicos y revistas. Estas últimas, sin son curiosas, vale. Pero sabemos que tus estanterías están repletas de revistas de Muy Interesante que compras a venazos y que no vuelves a leer en tu vida. Las revistas de Muy Interesante se leen en el peluquero.

10. Y sí. Sabes que debes tirar esto también. Han pasado ya muchos días. El cotillón de fin de año. Todos esos matasuegras, sombreros y gafas de purpurina son muy divertidos para una día de 7 horas. A partir de ahí, tírales. Sabes que el año que viene cogerás nuevos, y que estos no los vas a volver a utilizar. Deja de atarte a la fiesta de Nochevieja. Y deja de leer listas. Estudia.

Graduado en Derecho, estudiante de máster, ciudadrealeño de nacimiento y madrileño de adopción/elección. Aprendiz de ilusionista y de escritor. Amigo en potencia (para desconocidos) y en acto (para ya íntimos). Ni el fuego ni internet; el mejor invento ha sido la escritura.
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