10 mentiras universalmente universales
1. Empecemos por una que tiene que estar en la lista, pero que todos conocéis, y así nos la quitamos de en medio ya: “Acepto los términos y condiciones de uso”. Existen tomos y tomos de literatura sobre esta mentira, tesis psicológicas, secretos de Estado, y gilipolleces varias. Así que no voy a añadir nada. Así soy. Odiadme.
2. "Justo te iba a llamar". Por favor. Has visto la llamada de esa persona, y has tirado el móvil a una piscina para que no te toque ni su voz. No tienes la mínima intención de hablar con ella, y menos de ser tú quien llame. Has cogido el teléfono porque te ha llamado con número oculto y te ha pillado con la guardia baja, como las teleoperadoras. La próxima vez, juega mejor. Esta mentira suele hacer tándem con la de “No escuché el móvil” o, en su caso, “No me ha llegado el mensaje”. Ahora el doble check azul te ha vendido. Todos tenemos esa persona, que la ves por la calle y haces así:
3. Abrefácil. Qué clase de brujería es esta. ¿Alguien me puede explicar que le hemos hecho a los fabricantes de envases y demás recipientes para que inventaran esto? ¿No reciclar? ¿Aceptar los términos y condiciones? No lo entiendo. Voy a abrir una lata de maíz y se me queda la anilla en el dedo. Voy a abrir un botecito de salsa para la ensalada y se me queda la anilla en el dedo. Voy a abrir una granada y se me queda la anilla en el dedo. ¿Y lo de los sobres de Ketchup del Burguer? No me jodas.
4. "No es por ti, es por mí". "Cariño, ¿por qué me dices que no es por mí mientras me empujas con un palo para que me aleje?".
5. Para mí solo es una amiga, dice, mientras sigue preparando un paseo en góndola por Venecia y un viaje a París para celebrar su santo.
6. "Mañana me levanto a correr". Con suerte, te levantas a apagar el despertador, y ya desayunarás a las dos de la tarde. El típico brunch.
7. "No, si está muy rico, pero es que estoy llena". Tú lo sabes, yo lo sé. Pero ella también lo sabe. La comida de tu suegra te ha obligado a ir al baño a vomitar dos veces. Es la forma de decirte: “Aléjate de mi hijo, shorra”. [Lo escribo con sh- porque queda más suave].
8. "Hoy salgo de tranquis, una y me vuelvo". Pillín. Y seguro que al final les dices a tus padres que vas a dormir en casa de un amigo.
9. “Préstame el dinero, que mañana te lo doy”. No dudo de tu buena intención, pero eres mi amigo japonés que veo una vez cada cinco años y mañana estás de vuelta en Tokio. Da igual quién sea, ese dinero no va a volver a ti nunca. No te lo perdonaré jamás, Carmena, jamás.
10. “No te va a doler”. Esa frase, en manos de un fisoterapeuta, es la peor amenaza del mundo. Corre. Ah no, que no puedes correr, por eso estás en el fisio. Bueno, pues sufre. Intenta mantener la dignidad y hacerte el fuerte, aunque sabemos que vas a chillar cual gorrino. Pero míralo por el lado bueno: .
[¿Qué? ¡Dolerme! Que va. Soy un tío duro]
