10 situaciones realmente críticas para las personas tímidas

Sólo las personas realmente tímidas conocen la barrera que supone este sustantivo aparentemente inofensivo.

En ocasiones, la vergüenza (definida por la RAE en su segunda acepción como “turbación del ánimo causada por timidez o encogimiento y que frecuentemente supone un freno para actuar o expresarse”) es subestimada como algo absurdo y sencillo de afrontar. Sin embargo, sólo las personas realmente tímidas conocen la barrera que supone este sustantivo aparentemente inofensivo.

Con esfuerzo, como todo, la timidez pueda acabar superándose pero no es tan sencillo como se cree. Para ponérselo más fácil a todas estas personas y poder comprender algunas de sus reacciones, llega a modo de manual esta lista de situaciones críticas para una persona tímida.

1. Primer día de clase: “Os vais poniendo en pie y nos presentamos uno por uno”

En este instante, las glándulas salivales y el corazón de la persona tímida comienzan a trabajar a un ritmo vertiginoso. Pensar que las miradas de toda la clase estarán clavadas en su rostro hace de esos minutos una pesadilla insufrible. Deseará con todas sus fuerzas que suene el timbre, que caiga un meteorito o que aparezcan los dos hombres de aquel anuncio de laxante para sacarle de ahí.  

2. “¡Te has puesto rojo!”

“Venga ya, no me jodas… ¿Crees que porque no me vea la cara no me he dado cuenta? ¡Podría presentarme en la fábrica de Frigo y llevarles a quiebra con el calor que siento!”. Esto, acompañado de un golpe en la mesa sería ideal, pero no olvidemos que estamos hablando de una persona tímida. Agachará la cabeza, se martirizará recordando el momento y, por supuesto, maldecirá al bocazas de turno. Si eres uno de ellos, piénsatelo para la próxima.

3. “¿Es que no sabes hablar?”

Incluidas aquí también “pareces mudo”, “¿te ha comido la lengua el gato?” o la irónica “oye, no hables tanto, eh”. Suele ocurrir en reuniones con desconocidos. Aunque no se aprecie, desde el minuto uno la persona tímida empieza a maquinar la forma de introducirse en la conversación, pero si cuando está a punto de arrancarse recibe un hachazo así, olvídate de que vuelva a abrir la boca en un buen rato.

4. “Cógele el teléfono a Fulanito y dile que ahora me pongo”

Si sólo fuese cogerle el teléfono a Fulanito y decir “Soy Menganito, ahora se pone”, vale. Lo que ocurre es que esa frase implica que después hay que sacar conversación, así, improvisando y aguantando hasta que al dueño del teléfono le apetezca aparecer a atender su llamada. Un suplicio para las personas parcas en palabras.

5. Vas en el metro, levantas la mirada y… “Ey, ¿qué tal?”

Maldita mala suerte la del tímido. No importa si esa persona le cae mal o le parece la más enrollada del planeta; si no tiene la suficiente confianza con ella, ese encuentro se acaba de convertir en un auténtico apuro. Toca empezar el ejercicio de buscar palabras para sacar conversación, pero probablemente sólo encontrará “joder, mierda, joder, mierda…”.

6. “¿¡Es que no puedes pedirlo!?”

Pongámonos en situación: la persona tímida se encuentra en una mesa para comer con tipos que aún no son de su confianza. Ha pedido ensalada y está dispuesta a comérsela sin aliñar con tal de no abrir la boca, pero de pronto alguien se percata y grita a los cuatro vientos: “¡Pero hombre! ¿Por qué no pides sal?”, a lo que el tímido tendrá que contestar con una excusa absurda, soportar las risas del momento y todo lo que ello conlleva.

7.   “Cuuuuumpleaños feliz, cuuuuuumpleaños feliz…”

Todo el mundo agradece estar acompañado el día de su cumpleaños. Es maravilloso recibir regalos, felicitaciones y comer tarta. Lo que no es tan agradable para una persona tímida es ese fatídico momento en que los demás le cantan el cumpleaños feliz. ¿Cómo actuar en ese momento para disimular la angustia? ¿Cantar con ellos, mirar fijamente a la tarta, esconderse debajo de la mesa…?

8. “Hoy viene Fulanito a tomar café a casa”

¿Hay algo peor que sentir una invasión en tu propia casa? Eso es lo que una persona tímida siente cuando recibe la visita de alguien que no conoce. Por mucho que permanezca a salvo en su habitación, sabe que llegará el momento de tener que dar la cara. Esto implica planificar una estrategia para proceder al saludo, ensayar el momento detrás de la puerta y, tras mil intentos, finalmente decidirse a dar el paso.

9. “¡Saluda a la cámara!”

Momento crucial en bodas, bautizos y comuniones. Hagas lo que hagas, cuando menos te lo esperes aparecerá una cámara y, tras ella, alguien pidiéndote un saludito para el/los protagonistas. Entonces, la persona tímida moverá su manita deseando que llegue inmediatamente el turno del siguiente. Pero no. Esa cámara permanecerá enfocando el tiempo suficiente para que su cara colorada quede filmada para la eternidad.

10. “Cuando te conocí pensaba que eras muy borde”

Existe también la opción “cuando te conocí pensaba que estabas empanado/a”. Si la persona tímida está escuchando esto, significa que ya existe suficiente confianza con el emisor de la famosa frase y no le supondrá demasiado apuro salir del paso. Como tantas veces, tendrá que explicar que esa imagen equivocada es fruto de su timidez, mientras piensa: “¿De verdad es tan complicado diferenciar una persona antipática de una vergonzosa?”.

[Colaboración: Sheila Martín]

Acumulo ideas en un cuaderno de Princesas Disney, stalkeo redes sociales, colecciono GIFs, escucho a Bowie y escribo. Escribo. Escribo. Escribo. Escribo. Escribo. Escribo. Escribo.
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