11 razones por las que él no es tu príncipe azul

Si hace esto vamos mal.

En ocasiones, las chicas no nos damos cuenta de cuándo es amor y cuándo no. Nos confundimos creyéndonos la imagen que tenemos en nuestra cabeza de cómo ese chico es, con cómo es en realidad. Disfrazamos lo efímero de eterno, y vemos perdices donde tan solo hay buitres. Seguimos pensando que existen los príncipes azules, cuando lo cierto es que el amor es bonito cuando se reconocen todas y cada una de las imperfecciones de la otra persona y, aún así, le sigues queriendo en tu vida.

Aún así, a veces hace falta abrir los ojos y elegir qué es lo que deseas y qué no, como también tienes que saber qué es lo que mereces. Con esta lista te ayudaremos a conocer las 11 razones por las que él no es, definitivamente, tu príncipe azul.

1. Casi nunca contesta a tus mensajes. Estáis hablando y, aunque tarda bastante en contestarte, no parece que la conversación vaya mal del todo. De repente, deja de hacerlo. Ves que está en línea. Esperas. Sigue en línea. Te preguntas por qué no escribe si está claro que lo que le has escrito no puede quedar sin contestación, no tendría sentido. Sigues esperando. Nada. ¡¿Por qué está en línea y no contesta?! Olvídalo. No lo hará, tendrás que volver a hablarle tú si quieres algo más.

2. Puede pasar semanas sin hablarte. Y parece no importarle en absoluto. Sin embargo, cuando volvéis a hablar, es como si no hubiera pasado absolutamente nada. ¿Memoria de pez o pasotismo extremo? No entiendes por qué apenas te habla, o que solo lo haga cuando hay alguna fiesta organizada. Eso sí, cuando eres tú quien pasa del tema, te acaba hablando. Y es que esa es una regla de oro: no importa lo que tarden, los chicos siempre vuelven; mientras nosotras cerramos definitivamente.

3. Siempre que te dice de quedar tiene que ser cómo y cuándo él quiera. Quieres verle, se lo dices y, no sabes cómo, y aunque ya tuvieras otras ideas en mente, acabas cambiando tus planes para amoldarte a los de él. Recuerda: quien quiere verte busca tiempo, no excusas.

4. No te escribe ningún mensaje después de que os veáis. Habéis quedado, todo parece haber ido bastante bien, pero te pasas horas delante del móvil y no tienes nada nuevo de él. Probablemente no recibas noticias suyas en uno o dos días, incluso más. No te engañes: si le gustases de verdad, te hablaría.

5. Nunca te dice nada bonito (si no está colocado). Y si es el caso de que haya bebido tanto que al día siguiente no recuerde nada, empieza a hacerte promesas estúpidas y a jurar que las cumplirá, aunque en el fondo sabe que lo único que hará será dormir y despertarse con una resaca apoteósica.

6. Piensas que sí, pero realmente no lo echas de menos. Tras imaginar unas cuantas situaciones junto a él y que no se hayan cumplido ninguna, empiezas a estar algo decepcionada, y durante esos largos períodos en los que no os veis, no lo extrañas tanto como imaginabas. Cada vez te vas haciendo más inmune, y te va dando igual.

7. No tiene detalles contigo. Ya sabemos que el dinero no da la felicidad, pero de vez en cuando un detalle te alegra el día. Aunque no esperes nada por su parte. Rara vez será ese tipo de chico.

8. Si quieres conseguir algo de él, tienes que ir tú detrás. Piénsalo. Puede que creas que le importas y puede que sea verdad pero, ¿te persigue si ve que te alejas? ¿Si tú no llenaras el camino de migajas de pan, te buscaría?

9. Besa bien, pero no tiene una conversación interesante. Que sí, que es guapo, te gusta y te lo pasas bien con él, pero no te llena. Nos os pasáis horas hablando sin que se os acaben las ideas. No tenéis demasiadas cosas en común, en realidad. Mi consejo: mejor estar con un chico ‘feo’ que sea genial y que demuestre que le importas, a uno atractivo que no te aporte nada.

10. Apenas pregunta por cómo estás. Ni qué proyectos tienes, ni cuáles son tus planes de futuro, ni por qué estás tan seria y apenas hablas, ni qué hay de nuevo en tu vida, etc. ¿En serio buscas eso?

11. Solo te valora cuando te ha perdido. Y esto, de verdad, es lo peor. Llevas meses esperando a que dé algo más de sí mismo y, justo cuando te armas de coraje para hacer tu vida por otro lado, te empieza a echar de menos y te busca para ponerte ojitos de cordero degollado y pedirte que te quedes. Ni hablar, tuviste tiempo de sobra.

Si te has sentido identificada con alguna de estas situaciones, déjalo. Solo se vive una vez, y en la vida hay que tratar de ser lo más felices posible. ¿Para qué complicarnos? Créeme, él no es tu príncipe azul.

Utilizamos cookies para personalizar su experiencia. Si sigue navegando estará aceptando su uso. Más información.