18 dramas que sólo entenderá una persona que usa lentillas

¡Son terribles!

Se supone que son para ver bien pero a veces nos nublan la existencia.

1. Cuando te pones las lentillas al revés y no ves nada. Y piensas: ¡oh no estoy ciego, mi peor pesadilla se ha hecho realidad!

2. Cuando te vas a dormir y te acuerdas de que no te has quitado las lentillas.

3. O cuando te quedas dormido con ellas puestas. 

4. Ese momento horrible y angustioso cuando una pestaña se te mete entre la lentilla y el ojo.

5. Si se te cae la lentilla lo más probable es que no la vuelvas a ver nunca más en tu vida o quizás sí, pero tendrás que dejarla limpia, limpísima porque si te la vuelves a poner un poco sucia, tus ojos arderán como el fuego.

6. O ese momento en el que se te ha caído la lentilla y no tienes ni lentillas de repuesto  ni "la solución limpiadora" y tu amigo te dice que uses tu propia saliva para limpiarla.

7 . Cuando estás corriendo en la cinta del gimnasio o dándolo todo en la discoteca, y de repente una de las lentillas salta de tu ojo acróbaticamente.

8. Y te pones a buscarla frenéticamente aunque sabes que es imposible que la vuelvas a ver.

9. Pero tú has aprendido la lección y ahora eres muy precavido, y en tu mochila o en tu bolso siempre llevas un par de repuesto.

10. Cuando tratas de convencer a la gente de que no estás llorando de tristeza sino que es la lentilla que irrita tu ojo y te hace llorar.

11. O guiñar un ojo varias veces. No es que tengas ningún tic nervioso. ¡Es la lentilla!

12. Cuando al ponértelas rompes las últimas lentillas del paquete.

13. El momento en el que aprendes a ponértelas y a quitartélas sin un espejo.

14. A veces tus ojos están más secos que Madrid en pleno agosto.

15. O tan irritados y rojos que ya no sabes que solución echarte para calmar el escozor.

16. El momento en el que te las quitas sin saber dónde has dejado las gafas.

17. Cuando intentas ponerte las lentillas pero no se adhieren al ojo. 

18. Pero tú aún sabiendo todos estos dramas sabes que no podrías vivir sin lentillas. 

Redactora en The Idealist, me gustan los cafés bien cargados, devorar los libros y aspirar el olor de sus páginas, las margaritas, los helados de chocolate y el olor a vainilla. Soy amante del Social Media, de la escritura y del buen humor.
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