11. El día de nuestra boda solo existimos nosotras: ni el novio, ni el mejor amigo del novio, ni el padre, ni el abuelo, ni el cura. Nosotras. Nuestro vestido, nuestro peinado, nuestro perfume, nuestra manicura, nuestro maquillaje, nuestros zapatos de tacón y nuestra sonrisa.
12. Muchos días también existimos solo nosotras: aunque no siempre, la mayoría de las veces somos nosotras las piropeadas cuando vamos por la calle, discoteca, gimnasio... Vamos, que sube el ego, te lo crees y vas de diva por un día (o varios)
13. Siempre tendremos pelo: existe la alopecia femenina, pero por fortuna para nosotras, una vez detectas la causa que lo origina, desaparece. Moríos de envidia y contemplad nuestra melenaza.
14. Somos más limpias: las duchas son una necesidad, no un lujo.
15. No tenemos que inventarnos frases cutres para ligar: “Con ese culo te invito a cagar en mi casa” Por favor…
16. No tenemos que pagar las bebidas: siempre habrá algún iluso que lo haga por nosotras.
17. Tenemos más combinaciones de ropa: a diferencia de los chicos, nosotras podemos ponernos pantalones cortos, cortísimos, faltas cortas, largas, cortísimas, vestidos, camisas, camisetas, sudaderas, blazers, blusas, jerseys anchos, jerseys estrechos, leggins, vaqueros de todos los colores... y ya he perdido el hilo.
18. Piel suave, vello justo: por no hablar de que nuestra espalda (y nuestro trasero) son como pistas de esquí. Cero pelos. ¿No es fantástico?
19. Nuestra intuición: “esa tía quiere ser más que tu amiga. Que esté celosa o no es irrelevante” Llámalo sexto sentido, llámalo la zorra que llevamos dentro, pero nuestras antenas captan hasta cuando estás mal sin haber abierto la boca.
20. Porque sin nosotras, el mundo sería muy aburrido: y olería mal, y estaría pésimamente decorado (dejando fuera a los homosexuales con estilo, por supuesto).