22. La razón por la que estuviste un año y medio sin tragar saliva.
23. La oscuridad se combatía así, y no con un cable de luces led de Ikea.
24. La batalla de los bebés más inquietantes de la televisión se libraba entre el sol de los Teletubbies y esto.
25. Todavía no sabes para qué servía exactamente, pero, por lo menos, tuviste cuatro.
26. “¿Buscáis problemas? Pues escuchad nuestro lema. Para proteger al mundo de la devastación. Para unir a todos los pueblos en una sola nación. Para denunciar a los enemigos de la verdad y el amor. Para extender nuestro poder mas allá de espacio exterior. El Team Rocket despega a la velocidad de la luz. Rendíos ahora o preparaos para luchar. Jessie, James, Meowth, ¡Bien dicho!”. No te acuerdas ni de las asignaturas que tuviste el cuatrimestre pasado, pero esto todavía te lo sabes.
27. El estreno más esperado del año venía con varitas y capas, no con esposas y látigos.
28. La primera reina del pop fue ella.
29. Vivimos el nacimiento de dos de las mejores piezas musicales jamás creadas en Europa.
30. Tu primer piercing.
31. Sabía mejor si lo chupabas directamente de la palma de tu mano.
32. Tus abuelos coleccionaban cromos. Lo tuyo eran los tazos de las patatas fritas.
Y los gogos.
33. Era ciencia. Era magia. Eran todas las bacterias del patio del colegio pegadas en una verde masa.
34. #SquadGoals. Por siempre.
35. Primero fueron los corazones y los tulipanes, después el surf y los flequillos bieberescos. La edad se medía en mochilas.
36. Ojalá hubiera sido ella tu niñera.
37. Sí, al rubio de 3+2 le ha ido bien, pero lo mejor que nos ha dado TVE es esto.
38. Te costaba diferenciar entre Cruella de Vil y Mónica Naranjo.
39. Te preguntas cómo El Increíble Mundo de Gumball y Hora de Aventuras pueden ser dibujos para niños solo porque se te ha olvidado que tú veías esto.
40. El objeto de tus deseos.
41. La cicatriz que tienes en la frente es de esa vez que intentaste escalar hasta la copa de un árbol después de ver Tarzán en el cine.
42. Los veranos empezaban así…
…y acababan cuando escuchabas esta canción. Canta. No te cortes. Sabes que te la sabes.
Tranquilo. Esa sensación en el pecho no es señal de un inminente paro cardíaco. Es tu infancia, que acaba de golpearte de pleno en el corazón.