5 cosas que te pasarán cuando cumplas 30
Parece que fue ayer cuando nos poníamos nerviosos porque no nos dejaban entrar en la discoteca. Cuando nos daba vergüenza que el chico que nos gustaba nos hablara o cuando descubríamos a diario cosas sobre la vida, las relaciones y, sobre todo, sobre los errores que cometíamos constantemente. Como decía Buenafuente, nunca te acostarás sin saber dos o tres cosas más. La diferencia es que ahora ya nada te sorprende. Los 20 fueron jauja, ahora llegan los 30, la edad adulta ¿Preparado?
1. No necesitas salir de fiesta. Antes un sábado sin discoteca era insípido, sinsentido, vacío... Por esa razón el domingo no existía para ti. Pero ahora disfrutas de esa nueva franja horaria donde aprovechas para tomar el vermut, ir a visitar a los hijos de tus amigos, pasear al perro y disfrutar de la naturaleza. Admítelo no eres menos guay por ser feliz así.
2. Arrugas, canas y la gravedad. Obviamente eres joven, no pasa nada, pero hay pequeñas señales (que tú siempre maximizaras) que te llevan a creer que tu cuerpo ya no va a mejorar, si no sólo empeorar. ¿Sabes que es a los 30 cuando se empieza a deteriorar el programa genético y las células empiezan a envejecer? ¿No? Pues hasta que no se descubra la fórmula de la juventud eterna, tendremos que aceptarlo.
3. Tu propia familia. El peor chantaje que pueden hacerte es el de tu abuela diciendo que quiere conocer a sus bisnietos y obligándote a marcar esa indefinida fecha que va de 2 a 10 años a la que llamamos "dentro de unos años". Pero no, no quedan tantos o ¿es que quieres ser viej@ que cuando tus hijos sean adolescentes? Esta última frase es cosecha de tu madre, y lo sabes.
4. Te vuelves más sibarita y cómodo. ¿A ese bar? ¡Pero si está lleno de gente! ¿Compartir habitación con 10 suecos en un hostel? Yo paso. ¿Alcohol gratis? Garrafón, seguro. Sí, estas serían tus respuestas a dichas preguntas, es que estás entrando en la treintena. Todo aquello que hace años podía parecer divertido, ahora se convierte en cansado, una locura o mala idea. Ley de vida, amigo.
5. Cambio de vestuario. Últimamente crees que tus amigos visten más como tu antiguo profesor de lengua que como jóvenes molones. Primero, nunca pienses, y menos digas "molones". Y segundo, mírate al espejo y descubre que tú también eres uno de ellos. Más camisas, americanas, tacones... han sustituido a sudaderas, vestidos cortos y zapatillas. Por tu bien físico y moral, pospón la pana unos años.
