Parece ser que cuando llega el frío todos nos volvemos un poco más idiotas, por que si no no entendemos alguno de los comportamientos que únicamente tenemos en invierno. Queda claro son fechas de frío, nieve, bufandas, gorros... pero también hacer cosas sin sentido. No hay duda, el frío atonta.
1. Fingir que el aliento es el humo de un cigarro. Que nadie se haga el tonto porque lo seguís haciendo, tengáis la edad que tengáis. Es un modo de ejemplificar la gran evolución y madurez del hombre a lo largo de los últimos años.
2. Utilizar la palabra “rasca”. ¿Pero qué mierda es esa? El único rasca que conocemos nosotros era el de aquellas cantimploras Zumrok que vendían en los quioscos (Dios, qué sería aquel líquido). Aunque el típico chiste de “ni frío ni calor, cero grados” también se las trae.
3. Dejarte barba. Matizamos que esto solo los hombres, o eso esperamos. Si Papá Noel lleva y es querido por todo el mundo, por qué tu no, ¿verdad? Pues porque pareces una mala mezcla entre Tom Hanks en Náufrago y el Che.
4. Ser (aún) menos sexy en casa. Alternas el pijama sin lavar desde hace dos meses con el chándal de supermercado. Y para acabar de mejorarlo te pones los calcetines por encima del pantalón. Ole tú. Y qué decir de las competiciones de pareja por ver quién tiene las piernas más peludas.
5. Patinaje sobre hielo. Que no tienes ni puta idea pero tú vas. Y solo pueden pasar dos cosas, que te rompas el culo o que te rompas el culo mucho.
6. Anhelar el verano. A ver, imbécil, eso no ayuda. Sí, sabemos que la playa mola pero olvídate, que no vas a ir. Además, seguro que eras de los típicos que en verano decía “odio el calor, ojalá hiciera frío.”
7. Darte cuenta de lo diminuto que es tu pene (o el de tu chico). Bueno, eso también pasa el resto del año.