7 motivos por los que si vas de vacaciones a Galicia, repites
Agosto llega a su fin, y el verano está dibujando ya sus últimos coletazos. Ya no hay vuelta atrás, el tiempo ha vuelto a pasar volando y solo queda pensar en que el siguiente será mejor. Si has estado de vacaciones por Galicia seguro que repites, y te damos 7 motivos de por qué.
1. No has podido ir a todas las fiestas, aunque lo intentaste con toda tu fuerza de voluntad y energía vital. Hay tantas que tenías un calendario preparado con todos los días marcados en rojo, pero fechas estrella como el 15 de agosto o te dividías en 50 trozos o la cosa era materialmente imposible. Tocó elegir alguna y prometer al mundo y a ti mismo que el año que viene ya vas a las otras: sin falta.
2. Si fuiste en julio, te perdiste agosto. Y si fuiste en agosto, te perdiste julio. Pero aquí siempre te pierdes algo, y tú no eres de los que se pierde cosas. Que si vas a Rapa das Bestas en Sabucedo también quieres ir a Festa da Empanada de Bandeira, y si te llovió un poco resulta que el mes que tu no estuviste no pudo hacer más calor. Aunque ahí la culpa ya la tiene Murphy, con su puñetera ley. Pero que no, que no llueve siempre.
3. Por mucho que puedas comer pulpo á feira o empanada en los restaurantes gallegos que tengas por tu zona, sabes que no va a ser lo mismo ni de lejos que esos platos que te papaste en aquellos maravillosos furanchos por muy poco dinero. ¿Por qué no los hay donde tú vives? ¿Pooor qué?
4. No sabes si era el amor de tu vida o no, pero era tan riquiño que habéis quedado en volver a veros el verano que viene en las Rías Baixas. Siempre te dejaba comer lo último de cada plato y te prestaba su chaqueta cuando refrescaba más de la cuenta. "Cari, que estamos en Galicia".
5. Vas a tener mono de verbeneo cada vez que llegue en fin de semana y haga buena noche. Bailoteando con Panorama, Olympus y Paris de Noia después de terminar una cena con sus correspondientes chupitos de crema de orujo y licor café. Y sabes que no va a haber forma posible de saciar ese mono hasta que llegue el verano que viene.
6. La gente es tan maja que al segundo día ya parecía que llevabas allí viviendo toda la vida. Desde esa vecina que te invitaba a probar sus postres caseros al señor que te contaba historias de sus años mozos mientras bebía copas de Ribeiro y te ofrecía pimientos de Padrón. Merecía la pena hasta que picaran algunos.
7. Te ha quedado pendiente el ir a Cíes. No había billetes, y fuiste a las Ons, pero todo el mundo te ha dicho que no es lo mismo. El verano que viene los compras con la antelación suficiente para que esto no te vuelva a pasar. Te ha quedado claro.
