7 razones para memorizar el teléfono de tu mejor amigo

¿Te sabes el número de tu mejor amigo? Deberías.

Esta cosa de los smartphones y las nuevas tecnologías ha hecho que olvidemos aquella vieja costumbre de apuntar los números de teléfono en una agenda física. Por supuesto, ni hablar de memorizar esas nueve cifras para nada, que ya es bastante  habernos aprendido el 112 como número de emergencias. Lo que ocurre es que existen situaciones extremas en las que no procede molestar al 112 y será ahí cuando lamentes no haber memorizado el siguiente teléfono más importante: el de tu mejor amigo.

¿Te parecen pocas estas 7 razones para no estar haciéndolo ya?

1. Sales de fiesta sin móvil y no te encuentras ni a ti mismo.

Cuando sabemos que nos enfrentamos a una fiesta extrema (o cuando ésta ya ha empezado antes de salir) solemos dejar el móvil en casa para evitar disgustos. Ante esta situación, existen tres clases de personas: los que han memorizado el teléfono de su mejor amigo, los que se lo apuntan en el brazo/zapatilla/frente y los que pasan de una cosa y otra. Si eres de los últimos, puedes estar muy jodido.

2. Has perdido tu móvil viendo al cabeza de cartel de ese festival.

El móvil por un lado, tu por otro y tus amigos en el de más allá. Olvídate de encontrarlos entre la muchedumbre. El sentido de la orientación queda anulado en una situación así y si no se te ha ocurrido grabar a fuego en tu mente el número de tu mejor amigo, vuelves a estar perdido. Claro, que tampoco es mal plan ir cambiando de compañía toda la noche. Aquí ya eliges tú.

3. Habéis quedado para haceros unas cañas y te quedas sin batería.

Si no quieres romper vuestra relación, haz el favor de memorizar el teléfono de tu mejor amigo. Tras quedarte sin batería está escrito que no encontrarás el sitio, se retrasará el metro o serás secuestrado por un comercial de ONG. Si te hubieses aprendido el número de tu amigo, podrías avisarle desde una cabina y así no dejaría de quererte. Te vas a quedar solo.

4. Necesitas quitarte de encima al/la pelmazo de la noche.

El/la pesado/a de turno no se conformará con haberte dado el coñazo durante toda la noche. Cuando cierre la discoteca se acercará a pedirte el número de teléfono y tú, que eres todo bondad, serás incapaz de mandarle a la mierda. ¿Solución? Darle el número de tu amigo del alma y ya a la mañana siguiente fingís que se ha confundido de persona. Si no lo has memorizado, te toca apechugar.

5. Tu móvil ha muerto justo cuando has ligado.

He aquí el caso totalmente opuesto al anterior. Todo va sobre ruedas, tienes al fichaje de la noche en el bote y justo cuando vais a intercambiaros los números de teléfono… ¡Oh, no, tu móvil ha muerto y no puedes apuntar el suyo! ¿Y si no te escribe y desaparece para siempre? Aquí es cuando sacas tu as de la manga y le das el de tu mejor amigo (que en el fondo es igual que darle el tuyo) para que te haga la perdida de turno.

6. Has apagado tu móvil para que Fulanito no te moleste.

Justo entonces acontece el cotilleo del año y necesitas contárselo a tu mejor amigo. ¿Has memorizado su número? Todo bien, puedes llamar desde otro teléfono. ¿No lo has hecho? Tendrás que encender el móvil y quedarás como un auténtico loser.

7. Estás detenido en el calabozo.

¿Qué pasa? ¿No te suele ocurrir? Pues a lo mejor, el día que menos te lo esperes, llega tu momento. Te verás ahí con el policía diciéndote que sólo puedes hacer una llamada para salir y la única persona a quien te atreverás a llamar es a tu mejor amigo. ¿No has memorizado su número de teléfono? Hala, ahora vas y se lo explicas a tu madre.

Acumulo ideas en un cuaderno de Princesas Disney, stalkeo redes sociales, colecciono GIFs, escucho a Bowie y escribo. Escribo. Escribo. Escribo. Escribo. Escribo. Escribo. Escribo.
Utilizamos cookies para personalizar su experiencia. Si sigue navegando estará aceptando su uso. Más información.