Que sí, que sí, que nos gusta el invierno. Pese a que el verano sea la estación preferida para muchos por el tiempo, la playa, las terracitas y muchas otras cosas que vamos a intentar olvidar para poder sobrevivir a la rutina, el invierno cada vez está ganando más adeptos. Ahora que aún rondamos los 25 grados en más de la mitad de España, os vamos a recordar esas situaciones y sensaciones que sólo se pueden vivir en época invernal. Porque aunque no lo sepas hay 7 razones por las que quieres que llegue el invierno.
1. Dormir, dormir, dormir.
Aunque lo hagamos mucho menos de lo que queremos no se puede negar que dormir en invierno tapado hasta las orejas con pijama de felpa y con un nórdico suave, es uno de los placeres de la vida. Tanto, que podemos dormir en cualquier sitio y de cualquier manera.
2. Abrigarse.
No hay que ser muy listo para saber que aunque haga calor no puedes ir desnudo por la calle, pero contra el frío siempre te podrás abrigar. Quizá pierdas tu sexappeal veraniego pero está demostrado científicamente que en invierno se liga menos, así que tampoco será una gran perdida.
3. La lluvia (cuando estás en casa).
Si a la perfecta combinación sofá, peli y manta, le sumas una tormenta de esas que hacen saltar las alarmas de los coches, tu casa se convertirá en el mejor refugio del mundo. Si tienes la compañía de alguien que no hable mucho a quien utilizar como almohada te sentirás en el paraíso.
4. Ducha o baño caliente.
Velitas, vino, bañera de espuma con agua caliente y un buen libro. Sí, sabemos que parece una escena protagonizada por Carrie Bradshaw, pero ¿por qué no puedes tomarte una hora para no hacer NADA? Quizá luego salgas arrugado como Benjamin Button, pero tu cuerpo te lo agradecerá.
5. El calor humano.
El verano implica calor, el calor implica sudor, y el sudor implica olores más que desagradables. En invierno - salvo excepciones- tu sentido del olfato disfrutará de una vida más feliz y tranquila. Eso sí, nunca estaremos a salvo: hay gente que cree que no sudar es sinónimo de no ducharse.
6. Comer.
Quien es de buen comer lo hace tanto en invierno como en verano, pero esas comilonas que te dejan tonto toda la tarde se digieren mejor en invierno, y lo sabes. El proceso de hibernación empieza en 3, 2, 1...
7. Vuelven las series.
En verano siempre tenemos mil planes sobre la mesa, pero ese día que decides quedarte en casa de relax, sólo dan reposiciones, tv movies y un montón de programas absurdos. En cambio, en invierno, además de reencontrarte con los compañeros de la universidad o el trabajo, también vuelves a ver al machote de Rick Grimes dispuesto a dar caña a los zombies o a la loca, pero entrañable, Carry Mathison de Homeland. Sé sincero y dinos a quién echabas más de menos.