8 situaciones que has vivido inevitablemente este verano

No queríamos recordároslo pero ya estamos casi en septiembre, y el fin del verano, a la vuelta de la esquina.

No queríamos recordároslo pero ya estamos casi en septiembre, y el fin del verano, a la vuelta de la esquina. Sólo queda pensar en todas aquellas situaciones que has vivido inevitablemente este verano.

1. Error de cálculos. Empezaste el verano planificando que éste sí que sí, que por fin, sería el gran verano de tu vida pero al final las cosas se han torcido. Te has ido con tu padres mientras tus amigos han hecho viajes espectaculares  y para no romper con las costumbres no has ligado absolutamente nada. Aunque las amigas de tu abuela sigan insistiendo en lo guapo y alto que estás mientras se abanican fuerte contra el pecho.

2. La "relajante" playa. Después de todo el año esperando por fin llegas a la playa, ese ansiado paraíso lleno de arena en el que en realidad que no hay ni un solo hueco para que coloques tu toalla, que está abarrotado de gente y con el agua más fría que la cubitera de un esquimal.

3. Daños colaterales. A veces pasa que si tu tono de piel es como el de Robert Pattinson en Crepúsculo si te da más de 5 minutos seguidos el sol te abrasas. Un bonito gesto en favor de los fabricantes de afer-sun pero también una manera fácil de joderse las vacaciones. Dejemos las marcas blancas para Hacendado, que nos llevan años de ventaja.

4. Bichos. Que sería del verano sin las amorosas moscas y mosquitos. Esos insectos tan adorables que NUNCA te arruinan la siesta y te dejan dormir plácidamente por las noches. Porque no hay nada más bonito que estar tumbado en la cama de noche y escuchar en tu oreja el zumbido de un mosquito.

5. Instagram monotemático. El verano es la estación del postureo, eso no hay duda: las gafas de sol, las piernas en la playa  y la gente luciendo palmito en la piscina  y la expresión está a la orden del día.

6. Pulseritas de festival. Vayas donde vayas allí estarán. En las muñecas de los desconocidos que te cruces por la calle, en las de tus amigos e incluso en la tuya sin que te hayas dado cuenta.

7. La maleta hecha sin ningún tipo de criterio. Es verano, ¡cómo te vas a quedar en casa los tres meses! La alegría de hacer una escapadita un fin de semana es la causante de que no pienses fríamente y empieces a meter cosas que no te hacen falta para nada. Sí, sí, estamos hablando de esos cinco pares de zapatos que metiste sabiendo que el 80% del tiempo ibas a estar en chanclas.

8. Las estrellas fugaces. Y recuerda, si dices el deseo, no se cumple.

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