Como en España en ningún sitio

Todo el mundo lo susurra pero nadie tiene el valor de decirlo en alto.

Muchos meses en el extranjero y lo voy a decir. Lo voy a decir, sí, porque todo el mundo lo susurra pero nadie tiene el valor de decirlo en alto por si le echan del país.

Como en España en ningún sitio. No, no. En ningún sitio. No vayáis de modernos ahora que estáis de Erasmus con que la fiesta en Berlín es más underground, que ir en bici por Ámsterdam es más ecológico o con que la cerveza de Bélgica tiene más cuerpo y carácter. Que vivir fuera está muy bien, ojo. Uno se da cuenta de que hay un mundo más allá de su barrio y que un 'I can speak English' no cuela en ningún lado. Pero bien sabéis, bribones, que escucháis Paquito el Chocolatero y os venís arriba. Y que poder ir caminando a todos lados es la gloria.

Por no hablar de la tapa + caña, bendito regalo de Dios. Eso sólo pasa en España. Quién necesita una cerveza con carácter, cuando el carácter lo tienen que tener esas croquetas de jamón bien rebozadas. Echar de menos el olor a fritanga cuando vas caminando por la playa y el de los calamares que no necesitan hora para comerse. Todo momento es bueno. Porque eso de comer a las 12 y cenar a las 6 no me convence, ¿dónde está el sitio para la siesta y la merienda? Que no digo que los españoles estemos todo el día durmiendo, eso solo pasa en verano. Cámbiame el Tea Time por un mojito en el chiringuito de la playa. Que prefiero llenarme de arena que calarme de lluvia. Porque disfrutar del sol solo se disfruta en España. Llevarse un jersey por si luego refresca es de cobardes y de guiris.

Echar de menos, no solo el calor del sol, sino también el de la gente. Un buen grito y un abrazo curan a cualquiera, que el apretón de manos te viene sólo con el traje y nosotros somos más de besos y collejas. Porque tus amigos en el extranjero pueden molar. Pero tus amigos de casa son tus amigos de siempre. Es como abrir la puerta, quitarte esos zapatos que te hacen parecer más moderno, más grounge, más casual, y calzarte las zapatillas de estar por casa, las que no te abandonan aunque no las hayas lavado en años. Las que te preparan el camino para que seas tú mismo cómodamente. Tus amigos, que llevan años detrás de ti descifrándote y aún descubren cosas nuevas con un par de cubatas. Cubatas que empiezan a las 12 y acaban a las 6, hombre, por favor. A las 9 de la noche estamos todos calentando banquillo antes de empezar, y a las 2 de la mañana aún hay muchas cosas que hacer antes que irse a la cama.

No sé si será el tiempo, la comida, la gente, la música o simplemente que España mola más. Y si no es así, que alguien me explique entonces por qué las playas de Benidorm están llenas de Alemanes.

[Colaboración: María Valls]

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