Decálogo del buen copista en exámenes

Sí, hablamos del copiar para no desgastarse mucho los codos.

Los meses con J contemplan el sprint final de todo un recorrido a cuya meta todos quieren llegar sin dejarse los codos. Obviado cultivar la cultura del denuedo, solo resta acudir a la ley del mínimo esfuerzo. Hablamos del copiar. Sin copyright y al dictado de…

1. El clásico paper amanuense a escala liliputiense. Supone una inadvertida labor de síntesis, una especie de póster "horror vacui" que quizás decore la casa de algún gnomo cleptómano.

2. Tras las aristas cristalinas del boli bic cabe algo más que tinta y aire. Porque no todo iba a ser fabricar armas caseras de defensa y ataque...

3. Bajo los bajos de la falda a cuadros. Como para quedarse a cuadros si se descubriera el truco.

4. Desarrollar cuello de jirafa y abarcabilidad ocular de cabra +/- 300º. Entrenar algún superpoder: rayos X, telepatía... o si no, enviar al gemelo empollón.

5. Los verbos irregulares de inglés en imperceptible bajorrelieve cuneiforme del pupitre. Para ello se recurrirá a un punzón o con la punta del compás. O si no, escríbelo muy flojito.

6. A través de un jeroglífico encriptado en algún lugar del encerado, en los rincones, paredes o propio cuerpo. Siempre y cuando no haya redistribución espacial.

7. Por intercambios de examen con el de al lado, en virtud de tráfico de influencias y favores. O por cambiazo, copiar de lo que luego serán "hojas en sucio".

8. Si actúas con discreción y cautela, podrás obtener la exclusiva -por espionaje y robo- y mercadearlo. De una vez y para todos los agregados, el día antes. Porque al final, todo se corre.

9. Chantaje y soborno con el profesor, para presionar por cuantos flancos se pueda.

10. Por quiromancia. Porque el futuro está escrito en las manos -según cierta gitana que no me lo quiso leer-.

11. Trepanar el cráneo e introducir por ahí los apuntes, por si acaso no valiera con del repaso in extremis.

12. Rezar a todos los santos cuando Santa Bárbara truene, apelar a la ciencia infusa o a que el profesor no llegue a tiempo con los folios blancolor y se imponga así el aprobado general.

13. Que alguien tenga que ir al W.C, o el profesor -por el laxante colado en su café- o tú -para actualizar contenidos-.

14. Recurrir a smartwatches o a micros y escuchas para que te lo soplen por el pinganillo, como a los de la tele.

15. Congraciarse con los del Ministerio del Tiempo para poder cambiar la historia. La personal de uno, aunque solo esa sea.

Durante la prueba y tras la noche en vela, silencio contenido y moscas en enero. Después, a ultimar lo que reste, hasta que con el corazón a mil, acabe la tortura y llegue el relax "posoperatorio", pues lo hecho, hecho está. Luego queda acudir al corcho en plan quinceañeras ansiosas por conocer el veredicto del predictor. Eso o apelar al 5 pelado en revisión de examen. De cualquier modo, seguiremos copiando, porque la memoria cortoplacista es limitada en relación a la inventiva del desesperado.

[Colaboración: Ángel David Sánchez]

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