Las 10 cosas que creías que ibas a hacer antes de los 30

¿Cuántas cosas tachas tú de la lista?

Los treinta años es esa línea roja que veías muy a lo lejos. Incluso con veintimuchos cumplidos, la mirabas de reojo, como si no fuese contigo. Había tantas cosas que querías hacer antes de cruzarla. Tantas, que ni siquiera estabas seguro de cuales eran. Pero allí estaban, presionándote cada vez más a medida que te acercabas. Y cuando llega el fatídico día en el que cumples los treinta, sigues sin haber hecho la mayoría de esas cosas que no sabías ni que tenías que hacer.

1. Un trío. Creías que algún día sucedería, así sin más. Estarías en una discoteca hablando con una chica, te presentaría a una amiga, una cosa llevaría a la otra, y acabaríais los tres en la cama. O tal vez tendrías una novia, o un novio, que le gustase experimentar. Pero la verdad es que suficiente tenías con pillar de vez en cuando.

2. Visitar todos los países del mundo, o casi todos. Ibas a viajar sin parar, durante meses, o años, conociendo gente súper interesante y viviendo experiencias que iban a ser la envidia de tus amigos en facebook. Pero viajar cuesta dinero. Y para conseguir dinero hay que trabajar, que a su vez te quita el tiempo necesario para viajar. Toda una pescadilla que se muerde la cola. Hiciste algún viaje, sí, pero no te quedó más remedio que convencerte de que las piscinas municipales de tu pueblo tampoco es un mal sitio en el que pasar las vacaciones de vez en cuando.

3. Hacerte un tatuaje muy original. Además tenía que significar algo muy profundo, no sé, como el símbolo del infinito con un rollo tribal o algo así. Tampoco iba a ser algo muy grande, y te lo ibas a tatuar en un sitio donde no se viese mucho, así no te cansarías de él. Pensabas hacértelo en alguno de los muchos viajes que tenías planeados, pero nunca encontraste el momento adecuado.

4. Despertarte en una habitación destrozada de un hotel de lujo de Las Vegas y no recordar nada de lo sucedido. ¿Quién no ha fantaseado con algo así? Estarías rodeado de personas desconocidas dormidas de cualquier manera, botellas de vodka a medio terminar y CDs dados la vuelta con restos de cocaína. El tigre que habría encerrado en el baño te obligaría a mear en una esquina del salón, y después saldrías de allí con una sonrisa de satisfacción en tu rostro.

5. Participar en una orgía. Además de lo comentado en el primer punto de la lista, tan solo añadiré que la culpa de esto lo tiene internet y sus cantidad ilimitada de porno en streaming.

6. Dejar de masturbarte. Lo cierto es que cuando eres joven e inexperto, hay una creencia popular de que en algún momento de tu vida dejas de masturbarte. Puede que suceda a los cuarenta. Pero lo dudo.

7. Leer muchos libros. Cervantes, Tolstoi, García Márquez, Joyce... Ibas a leerlos todos. También empezaste El Capital de Marx, e ibas a leer La Biblia, no porque creyeses en ella, si no por culturizarte. Pero salir de fiesta y ver series en el sofá te fue quitando el poco tiempo libre que tenías.

8. Ahorrar algo de dinero. Tampoco mucho, lo justo para no tener que trabajar nunca más. O aunque sea poder independizarte sin tener que compartir piso con otros tres desgraciados como tú.

9. Conseguir un trabajo de lo tuyo bien pagado. Sí, a mi también me ha entrado la risa mientras lo escribía. Pero la esperanza siempre estuvo ahí. Porque, a partir de cierto punto, eso de que lo importante es ganar experiencia empieza a tocar las pelotas.

10. Tener un hijo. Vale, ésta es broma. ¿Quién sería el insensato de nuestra generación que pensaría en tener hijos antes de los treinta? Teníamos demasiadas cosas que hacer antes. Y todavía las tenemos.

[Colaboración: Jon Igual]

Utilizamos cookies para personalizar su experiencia. Si sigue navegando estará aceptando su uso. Más información.