Las 4 preguntas que los hombres deberíamos dejar de hacer

Si vas preguntando esto estás apañado.

¿Que por qué estas preguntas no funcionan? Os los explicamos. ¿Qué crees que atrae más a una mujer? ¿La confianza en uno mismo o la debilidad y las dudas constantes? No hace falta ni que contestemos, ¿no? Pues eso, esa es la gran razón por las que debemos de dejar de hacer estas 4 molestas preguntas para convertirnos en un hombre hecho y derecho y que nuestras relaciones sean duraderas y de calidad

1. ¿Tienes novio?

Nunca jamás preguntes si tiene novio. Si es que ella lo tiene y lo quiere de verdad, lo mencionará tarde o temprano en la conversación para tratar de disuadir tus ansias de conquista, tranquilo. Si ella no dice nada, es buena señal para ti, por lo que no se lo recuerdes o quizás lo eches a perder.

 

2. ¿Me das tu número?

No, no y otra vez no. No hagas esta pregunta, por favor. ¿Acaso es como una norma no escrita para tratar de ligar? Se más creativo. Déjale tu móvil y dile que apunte su número. O algo como, “¿Cuál es tu número? Te llamaré luego” Pidiendo el número de esta forma, aunque solo sea por lo gracioso y sorprendente de la situación, tendrás muchas más posibilidades de acabar teniendo su número.

3. ¿Estás libre el…?

Si le preguntas directamente si está libre un día, haces que toda la presión caiga sobre ella, que rápidamente tendrá que organizar su calendario y ver si tiene un hueco para ti. Por lo que lo más probable es que simplemente te diga no y esa sea la última vez que hablas con ella. Sin embargo, si directamente le dices “Quedemos el viernes, ¿qué hora te viene bien?” o le dices “¿qué te parece vernos esta semana”, le darás mayor libertad y, sobre todo, mayor naturalidad a la cuestión y estará encantada de quedar contigo.

4. ¿Quieres que nos volvamos a ver?

Esto no se pregunta tío. Si quieres resultar confiado y seguro de ti mismo, pregúntale directamente sobre donde quiere ir en la próxima cita o si la gustaría que la llevases a un sitio muy especial que conoces. Da por sentado que os volveréis a ver, eso la encantará. Pero claro, existe una opción en la que no debes decir nada: si la cita ha ido horrorosamente mal, simplemente despídete y, si te gusta demasiado, reza para que el tiempo lo cure.

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