Los 10 pasos más típicos al estudiar (o intentarlo)

Estudiar es casi un acto de fe, pero a veces toca ponerse a ello.

1. Primer paso, leer los apuntes que has tomado durante el cuatrimestre, o, mejor dicho, que deberías haber tomado.

Empezamos mal. Si los has escrito a mano, mal, porque no entenderás más de tres palabras, o, habrás tomado notas del tipo: "mirar libro". ¿Qué?, ¿acaso tres meses después te vas a acordar de qué parte del libro había que mirar? Y si los tomaste a ordenador casi que peor. El auto corrector habrá creado extrañas palabras de modo que ninguna de las frases que escribiste tendrá sentido.

2. Finalmente, cuando hayas reunido parte de esos “apuntes”, por llamarlos de alguna manera, llegará la hora de preguntar a tus amigos por WhatsApp para contrastar, a ver si entre todos tenéis algo decente, o al menos, algo que poder llevar a imprimir.

3. Y es que no hay frase que suene mejor que la de “Me voy a imprimir los apuntes”.

Te crees el rey del universo porque, al ir a la papelería, sientes que ya te has aprendido, por lo menos, la mitad del temario. Se trata de un fenómeno sobrenatural que sólo los estudiantes sentimos.

4. Bien, ya tienes tus apuntes impresos y, lo más importante: encuadernados y con una portada con letras bonitas, que crees que aumentará tus ganas de estudiar, o, que al menos, pasearás con unos apuntes bonitos hasta la recuperación.

5. Al fin llega la hora más importante de todas, la de subrayar.

Y, es aquí, donde se diferencian dos tipos clásicos de personas. Los primeros, qué usarán un único subrayador, generalmente amarillo, para absolutamente todas y cada una de las hojas de los apuntes, junto con el clásico boli BIC azul, imprescindible. Por otra parte, se encuentra el subrayado de los apuntes arco iris. Y es que, otra cosa no, pero será por colorines: que si para el título, los ejemplos, los autores, las fechas... Al menos unos apuntes bonitos sí que tienes.

6. Pero el subrayado lleva su tiempo, y, cuando acabamos, pensamos que ya tenemos el 75% estudiado, aunque, muy en el fondo, sabemos que aún no nos hemos puesto en serio...

7. Y es que vaya frase: “ponerse en serio”. Parece imposible de poner en práctica, pero finalmente llega: El día definitivo del estudio, o, al menos con esa intención nos levantamos.

Generalmente, aparece entre los dos y tres días antes del examen. Son los días del “no me da tiempo” y del “por qué no empezaría antes”.

8. Pero, aunque te queden dos o tres días para los quince temas, eso no impedirá algo primordial. Publicar en redes sociales una foto de los apuntes y los subrayadores al lado (que sino no queda bonito). 

Sin olvidar añadir la ubicación de la biblioteca de la Universidad, no vayan a pensar que eres de los que estudia en casa.

9. Otro elemento primordial es el café. Un buen estudio no sería posible sin él.

Esa taza que, aunque te acabes a los diez minutos de haber empezado, permanecerá allí todo el día, y es que, en las fotos quedan muy bonitas las frases motivadoras de Mr. Wonderful, ¿a que sí?

10. Por último y no menos importante. La noche antes del examen. LA NOCHE.

Y es que, qué pensarían de ti si no te quedas las últimas horas antes del examen repasando y no gritas a los cuatro vientos al llegar a clase que solo has dormido dos horas, o bueno, que vienes de empalmada...

¿Te has sentido identificado? Sabemos que sí.

[Colaboración: Sandra Donda]

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