Los 7 dramas habituales del buscador de piso novato

Llegó el momento que estabas deseando, por fin tienes los ahorros suficientes para poder embarcarte en la gran aventura que se llama independizarte, pero… ¿Acaso es un camino de rosas? Parece que no es tan fácil como se creía y estos son los dramas que montas en esa búsqueda del tesoro.

1. Llamas por ese piso que has visto mil y una veces. Ya has elegido en que cajón pondrás la ropa interior, has fantaseado con impresionar a tus amigos con cenas sacadas de los mil y un tutoriales que has visto y que harás en esa cocina taaan maravillosa… #FAIL, nada más te cogen el teléfono te indican que el piso está alquilado.

2. Otra de las variables que pueden suceder es que esté disponible, peeeero, entras en la lista de espera, esos juegos del hambre donde el primero que la ve y le gusta se la lleva. Vives con la incertidumbre, poniendo el volumen de tu móvil a nivel sordera máxima por si no te das cuenta de que te llaman.

3. Si tu presupuesto viene a ser lo que se llama escueto, es muy posible que te hayas sustituido las apps de ligoteo por las de los principales portales de alquiler de pisos. Tus conversaciones no se interrumpen por un mensaje de algún amigo, no, si no que se trata de un nuevo anuncio.

4. Que las notificaciones en tu móvil de estas apps te creen falsas esperanzas, contienes la respiración hasta que se trata de un piso claramente fuera de tu rango presupuestario.

5. Como en las cartas de reyes, pides, pides y pides que tu nidito esté nuevo, amueblado, céntrico, con electrodomésticos… y un largo sinfín de deseos que a los pocos días van cayendo. Si está viejito, da igual, si no está amueblado, se visitará Ikea y te instalarás wallapop (cuando liberes el espacio sobrante de las apps de búsqueda de piso); si no es céntrico, irás en bici… y así hasta que tu lista de deseos se desvanece.

6. Era lo que buscabas pero… te piden dos meses de fianza, los honorarios de la agencia, tus tres últimas nóminas, un aval, los siete horrocruxes, el anillo único, el santo grial, la crin de un unicornio y un sinfín de requisitos para poder alquilarte el pisito.

7. Te planteas seriamente que compartir piso no está nada mal, hasta que recuerdas que eso parece más bien un casting, que si buscas algo para ti solo es para hacer lo que te venga en gana y por que después de muchos años es el momento.

En resumen, una de esas aventuras que parece que no vaya a terminar nunca y que vienen siendo de lo más agotador.