10 excusas que todos hemos escuchado y utilizado para evitar un NO rotundo

En el fondo todos somos un poco cobardes y queremos quedar “bien”.

No te las crees ni cuando las dices ni cuando las escuchas. Pero las utilizamos. ¿Por qué? Porque en el fondo somos un poco cobardes y queremos quedar “bien”. Son excusas que disparas para salir airoso de un aire que no se mueve. Con lo fácil que sería decirle la verdad a la persona que tienes enfrente y te mira con ojitos.¿O no es tan fácil? Quizás no lo sea, por eso tenemos a mano estas excusas. Y lo peor es escucharlas.

1. La distancia. Qué típico echarle la culpa a la distancia. En esta excusa los kilómetros se convierten en el mejor de los aliados. “Estamos muy lejos”, “va a ser muy complicado”… ya, ya. Ni que viviéramos en galaxias distintas.

2. Mereces a alguien mejor que yo. Esta, esta es la mejor de todas porque consigue el efecto contrario. El que la suelta cree que queda como un santo porque asciende a otro nivel a la persona que tiene delante. Pero no, todos sabemos que es una excusa barata, bonita pero barata.

3. No es el momento. Pues vaya y ¿cuándo será el momento? ¿Cuando se alineen los planetas y pase una estrella fugaz? ¡Pero si el único momento que tenemos es ahora! Dentro de un año quizás esté en el Caribe, bebiendo mojitos, con alguien a mi lado. Por cierto, no aparezcas entonces porque no será el momento.

4. Sí, pero no estoy seguro/preparado. ¿En serio hace falta estar 100% seguro? Si tampoco te están pidiendo que hagas puenting o que escales el Everest. Aquí el aliado es el miedo y encima la excusa va con un plus añadido, la pena. Decimos eso y aún pretendemos que sientan “lástima” por nuestros conflictos internos, conflictos que no existen, porque es una excusa del todo a 100.

5. No eres tú, soy yo. Eso está claro. Si alguien está diciendo que no quiere nada, ese eres tú. Excusa pronunciada y escuchada hasta la saciedad. Por lo menos no te culpan de una relación frustrada, cuánta generosidad.

6. Te quiero, como amig@. Con esta excusa tragas saliva, sienta tan mal, sobre todo porque tú la has utilizado docenas de veces y sabes perfectamente lo que esconde. ¡Ya tengo muchos amigos por Dios! Y a ver qué dices al escuchar la frasecita del demonio, sobran las palabras. Con la música a otra parte.

7. El pasado. El pasado siempre vuelve o quizás nunca se ha ido del todo. La excusa de que sigue sintiendo algo por su ex, persona que maldices a cada segundo porque está fastidiando tu presente. Mira, esta excusa puede que tenga algo de verdad… pero viene genial para despachar.

8. Me da miedo perder lo que tenemos. Ajá. Y ¿qué tenemos? ¿Una ‘relación’ que va a acabar conmigo y mi estabilidad mental? Ayayay… Al final perderemos la ‘amistad’ y las ganas de intentarlo, que es lo que tenía.

9. No quiero hacerte daño. ¿Más? Pero si ya me estás haciendo daño. Qué locura de excusa.

10. Soy muy independiente. Vaya, salió el premio gordo. Pero ¿tú no habías tenido pareja antes? Pues sí, si la ha tenido, pero se ha convertido a la religión de los independientes que no pueden tener relaciones serias, así de repente. Algo había que decir. Aceptamos barco.

Excusas, excusas; porque si te gusta alguien, si estás enamorado, si te apetece iniciar una relación. Recorres más kilómetros que un AVE, saltas de país en país con una facilidad pasmosa, te tiras a la piscina sin saber si habrá agua y te olvidas de los miedos y del pasado para vivir el presente, y sí, también olvidas todas las excusas.

Caótica, impulsiva, periodista... Juro que en otra vida seré notaria. Mis días entre letras y folios en blanco. Leo, escucho, observo, mareo un bolígrafo entre mis dedos; y justo después de hacer todo eso, me siento y escribo. Mi primera novela 'El Séptimo punto de Selleck'.
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