7 inconvenientes de compartir piso

No todo son risas.

"Friends", "Como conocí a vuestra madre" o "The big bang theory" son a compartir piso lo que los cuentos de disney para una historia de amor: ideales, irreales e inalcanzables.

No todo son risas.

1. El clásico problema del baño. Está claro. Una de las ventajas de compartir piso es que aprendes a tener paciencia y a retener tus ganas de miccionar durante intervalos de tiempo indeterminado. Y, encima, disfrutas de la recompensa de esa espera cuando por fin puedes entrar. Sí, estoy siendo irónico. Y no quiero imaginar como deben organizarse las chicas, que tardan como el doble. Mucho smartphone, pero nadie crea soluciones a los problemas cotidianos de la vida.

2. Falta de coordinación en la limpieza. O directamente, falta de limpieza. El típico caso: uno por otro y la casa sin barrer. Literalmente. "Te tocaba a ti limpiar", "te tocaba a ti bajar la basura". Si algo nos ha enseñado la historia, es que el trabajo en cadena funciona. Pero nosotros somos rebeledes. Y que cuando somos jóvenes alocados, al final solo se limpia de verdad y a fondo cuando viene alguien.

3. Exámenes. No es que exista un problema en el piso porque hagáis exámenes. El problema viene cuando tus compañeros terminan de exámenes, y tú no. Entiendes perfectamente la necesidad de celebrarlo que tienen, pero no entiendes porque han tenido que acabar tan pronto y la fiesta de celebración se convierte en el demonio de tu hombro.

4. Colapso de fregadero. Así mismo, tenemos aquí otro demonio en tu hombro. Quieres fregar, pero ves una pila de platos acumulados en el fregadero que impide siquiera abrir el grifo, a riesgo de salpicarte más que cuando estás tumbado en el césped y ponen los aspersores. No friegas porque no puedes con las cosas acumuladas, y se acumulan porque no friegas. Es un círculo vicioso insalvable.

5. Televisión. Si un baño es poco, imaginad solo una televisión. Pese a los avances de la tecnología y las posibilidades de Internet, el gustito de ver tu serie favorita en el sofá es insustituible. El problema es que tu compañero de piso también quiere disfrutar de su serie. En otro canal. A la misma hora. Siempre.

6. Cocina. Ese momento en el que se te acaban los taper y tienes que cocinar. Tú, y tus otros compañeros. Y la cocina es más reducida que tus ganas de hacerte platos elaborados. Total, que o uno cena a las 2 de la mañana, o se hacen macarrones y pizzas, y fuera. 

7. La pareja. Todos son risas hasta que otro inquilino trae a su compañera sentimental, y en vez de ser 3, siempre sois cuatro para comer y para cenar. Y para "dormir". O no dejaros dormir. Lo único bueno de este punto, es que por una vez ves el piso limpio, e incluso tu compañero friega los platos justo después de comer. Es la fuerza del amor. :)

Graduado en Derecho, estudiante de máster, ciudadrealeño de nacimiento y madrileño de adopción/elección. Aprendiz de ilusionista y de escritor. Amigo en potencia (para desconocidos) y en acto (para ya íntimos). Ni el fuego ni internet; el mejor invento ha sido la escritura.
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