10 cosas que vienen de la mano del verano

Hace caloooor, haceee calooor yo estaba esperando que cantes mi canción y que habrás ese botella y brindemos por ella y hagamos el amor en el balcón...

El verano ha llegado otro año más de la mano de San Juan para quedarse hasta que las hojas marrones cubran las aceras. Y con la época estival retomamos hábitos y empezamos a alojar a mosquitos en nuestras casas. Pero estas son sólo dos de las cosas que encontrarás en esta lista:

1. Hay festivales por doquier. Que a mí por ejemplo como que no me van demasiado, pero a la gente parece que le gusta. Pues eso, que independientemente del género musical que prefieras seguro que encontrarás el que se adapte a ti en algún punto de la geografía española. Tanto Tomorrowland ni "Tomorrowlond".

2. Los mosquitos, y con ellos las picaduras. Este problema se verá incrementado si tienes la suerte de vivir cerca de plantaciones de arroz, y si a eso le sumas que tienes alergia, consigues el tándem perfecto.

3. El uso del aire acondicionado las 24 horas del día. O al menos su uso en los días en los que el termómetro sobrepase los 40 grados, que viene a ser casi siempre si vives en el sur de España. Dios bendiga a Willis Haviland Carrier.

4. Los cortes de pelo de los que luego te arrepentirás. Reproduzco la escena: "Uff, ¡qué calor con esta melena!, quizás me la corte un poco", y así se abre la veda del peluquericidio

5. Las familias con sus neveras azules en la playa. Y su balón de "Nivea", y su parcelita privada gracias a esos toldos que venden en Decathlon, las alguitas tocando nuestros piececillos... Aún así, ¡¡viva la playa por encima de todas las cosas y en cualquier época del año!! 

6. Los viajes de fin de semana con tus amigos en los que duermes poco, y lo haces más en la playa que en la cama, sales mucho y si no tienes cuidado (porque no está tu madre recordándoselo a todo el mundo cada dos minutos) acabas rojito como un cangrejo o un guiri en Magaluf.

7. La vuelta del camión de los helados a las calles del pueblo. Vale, yo hace ya algunos años que no oigo su dulce hilo musical, pero es que esos helados de barra "Tampico" de fresa y nata se echan de menos, y cuesta la vida borrarlos de la memoria. 

8. Las marcas del bikini... ¡Y ay amiga si te da por comprarte bañadores también! Que si este muy mono con cuello halter, aquel otro bañador que está de última y encima rebajado... Y acaba pareciendo que te has puesto a tomar el sol con plantillas para Bloopens.

9. Las noches que se alargan hasta el infinito, incluso si tienes que trabajar al día siguiente, porque el verano aún sigue siendo verano, y tiene ese no sé qué que engancha hasta al más rancio. Ya lo escribió Shakespeare..."Sueño de una noche...".

10. Los días de piscina en los que acabas con el olor a cloro impregnado hasta en la ropa aunque no te hayas bañado con ella. Días que desembocan en noches en las que el agua parece cambiar su temperatura para invitar a un chapuzón nocturno.

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