10 libros cortos que deberías leer antes de sentirte viejo

Sabemos que leer puede ser un peñazo, pero no desfallezcas tan rápido. La mayoría de la gente pierde la esperanza en la literatura por haber empezado con los libros incorrectos.

Leer tiene sentido si la historia que te cuentan es la que necesitas en ese momento. Aquí te dejamos un lista de libros cortos que han logrado cambiar o enriquecer (o prevenir) la vida de millones de personas:

1. El guardián entre el centeno. (J.D. Salinger).

Clásico del que seguro has oído hablar (si no lo has disfrutado ya) y que irá perdiendo valor conforme pase tu tiempo y no lo leas. Nadie como Holdem Caulfield podrá escupirte tanta empatía sobre la alienación escolar, la llegada descorazonadora del apetito sexual o la incomprensión familiar, entre otras decenas de temas confusosde la adolescencia.

2. Lolita. (Vladimir Nabokov).

“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua…” Así comienza la fascinación de Humbert Humbert por Lolita, su hijastra de 12 años. Siempre te queda caer en estado de shock si te detienes a escuchar letras de canciones de Reggaetón, pero puedes leer una elegante y compleja historia sobre la obsesión sexual sobrepasando todos los límites políticamente correctos.

3. El lobo estepario. (Hermann Hesse).

Una de las obras cumbres de la literatura universal. Te asfixiará tanto como sorprenderá la vida interior y el enfoque del mundo narrado por Harry Heller. Una búsqueda agónica de la comunión espiritual en el fango más denso de la existencia corporal. Una derrota tras otra. Una victoria tras otra. “La entrada cuesta la razón”. Un regalo para todo ser humano.

4. La metamorfosis. (Frank Kafka).

Todo el mundo ha leído este libro (hasta los que no lo han hecho en realidad), clásico entre los clásicos de la literatura moderna. ¿Qué decir de Gregorio Samsa no se haya dicho ya? Kakfa tan solo quería prevenirnos, como gran vigía del comportamiento humano, que en el momento que sintamos ser diferentes al resto -dejando de pertenecer al patrón universal- estamos solos en el mundo. Tanto que hasta nuestros seres más queridos nos empujarán a una subliminal alienación. Un libro profético.

5- El extranjero. (Albert Camus).

Relato donde se nos muestra -a través de la voz de Mearsault- la falta de sensibilidad, adherencia e interés hacia la sociedad en conjunto; incluso en los temas más extremos como la pérdida de un ser querido o el asesinato y su consecuente pena. El dejarse llevar sin pertenecer a nada ni a nadie. El sentirse bien con uno mismo. O no hacerlo.

6. El retrato de Dorian Gray. (Oscar Wilde).

Obra visionaria sobre las bases que hoy reinan en nuestra sociedad actual. Encontrarás un calco de nuestros días a través de la exagerada importancia de la juventud y belleza arquetípica por parte de Dorian, así como el desenfreno impulsivo y la decadencia del ser humano occidental.

7. El profeta. (Gibran Khalil Gibran).

Coge “El Alquimista” de Coelho y tíralo a la basura. Si quieres sentir un libro que te conecte a los demás y a la vida con un aire de misticismo, lee “El profeta”, que está escrito desde el amor a sus semejantes y no parte del egocentrismo.

8. Las desventuras del joven Werther. (Goethe).

Obra maestra. Más densa de leer para no los no iniciados, quizás, pero lectura imprescindible para aquel que quiera ir un paso más adelante en sus pretensiones introspectivas con la literatura. Esta compuesta de una riqueza inagotable, sobresaliendo en ella la pasión (o el amor) de Werther; la subjetividad con que ésta cambia todo el mundo visual que lo rodea; la imposibilidad. La llegada a La Tierra de: Yo soy tú (también) o no soy nada.

9. El corazón de las tinieblas. (Joseph Conrad).

A través del viaje por el río Congo de un marinero llamado Marlow, el autor nos obliga a entender las injusticias que hemos cometido durante siglos unos con otros, en una apertura a través del miedo y la locura inmersa en la fascinación de nuevos mundos y cumplimiento del destino que uno mismo se impone.

10. El túnel. (Ernesto Sabato).

“Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne;…” Así comienza está historia psicológica que te hará entrar en permanente estado de angustia, excitación y pesimismo, paseando de la mano con la obsesión más oscura del protagonista: matar a la mujer que ama.

[Colaboración: Carlos S. Bouma]

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