Seguro que tú también eras una monada de pequeño y ahora lo sufres a diario.
1. Ver los álbumes de fotos y preguntarte qué has hecho con tu vida.
Las drogas, el alcohol, la E.S.O, los cheetos o los huevos kinder. Todo ha contribuido para que ese de las fotos que se supone que eres tú, parezca de otra familia. Si sigues con esa proyección, a los 30 sospecharás que tu madre es Isabel Pantoja. ZASCA!
2. Pensar que tenías que haber aprovechado más.
Si eres un chico, tu intento de capturar los 150 pokémon hizo que ni te fijases en las chicas, nunca lo volverás a tener tan fácil para ligar. Si eres una chica...hiciste lo que pudiste, la culpa es de tus padres por no llevarte a castings de anuncios y series.
3. Desear volver al pasado constantemente.
Y que te venga el amigo del chico que te gusta a decirte que al chico que te gusta...le gustas.
4. Que vean una foto tuya y te digan eso de "Anda, ¿Pero esta eres tú?, que guapa, no te pareces nada".
Y encima lo dicen todo convencidos. Luego se dan cuenta de que te han llamado fea a la cara y viene el: "A ver, que sigues siendo guapa, pero..."
5. O eso de..."¿Este eres tú? Como has empeorado ¿No? hahaha".
Lo que te dirá un maestro del humor siempre que vea una foto tuya de pequeño, porque ellos son así de ingeniosos.
6. Y que tu madre te diga: "Con lo mono que eras de pequeño...".
Sin cortarse, como si fueses uno de los chavales de "Hermano Mayor", solo te falta romper una puerta para que tu madre se ponga a llorar mientras mira las fotos de tu comunión.
7. Sabes que te tenías que haber hecho más fotos.
O vídeos, si llegas a nacer unos años después ahora podrías ser un vine o un meme, pero no eres nada. Sabes que si tienes un hijo, le harás fotos diariamente y a los 15 años montarás un vídeo para ver como se ha echado a perder.
8. Que alguien te diga lo de "¿Sabes que los que son guapos de pequeños luego son feos?"
Y eso lo dice un estudio de la URJC de Fuenlabrada, si no te lo crees mira lo que le pasó a Natalie Portman, que de pequeña era muy guapa pero mírala luego...
9. Que tu madre le diga a todo el mundo: "De pequeño se parecía más a mí, ahora se parece más a su padre".
Y que tu padre diga lo mismo pero al revés.
10. Que tu abuela cambie el "cada vez estás más guapo" por el "cada vez estás más alto".
Aunque hay una cosa que nunca cambiará, aunque peses 300 kilos nunca dejará de decir lo de "Estás muy delgado, no me comes nada".
11. Que ahora los guapos de la familia son los hijos de unos primos segundos de Murcia.
Así es, asúmelo, ya no eres ni el niño ni la niña bonita de la familia.