Porque sí, porque nos gusta más una fiesta que a un tonto un lápiz. Somos así, compramos alcohol barato aunque sabemos que está malo, malísimo (y que probablemente te estés acordando toda la noche de esa genial idea), nos llevamos prácticamente una botella por persona, se nos ocurre jugar con los chupitos y... desastre. Colocón monumental, sin viaje de vuelta. Eso sí, probablemente será una noche épica, de esas que preferías no recordar pero que sabes que no olvidarás en la vida. Y tus amigos se encargarán de recordártelo.
Te entendemos. Ahí van 16 situaciones que vives cuando vas pasado de copas.
1. Todo te parece súper gracioso. Te ríes de todo y de todos.
2. Haces amigos nuevos, sobre todo cuando vas a mear. (Muchas veces en mitad de la calle)
3. Cantas a pleno pulmón, enganchándote al primero que pillas.
4. Brindas y dices "quien no apoya, no folla", unas cuantas veces.
5. Mezclas todo lo que pillas, ofreciéndole a todos y pillando de quien te da la gana.
6. Gritas todas las rimas de "¡CAMARERO!" "¿QUÉ?" y te dejas la garganta ahí.
7. Te pones en plan melancólico y te quedas mirando a un punto fijo con cara de idiota.
8. Tus amigos te dicen que controles porque saben que tendrán que acabar arrastrándote a tu casa, pero te da igual.
9. Practicas inglés con todos los guiris que te encuentras y te piensas que hablas de puta madre, pero no.
10. Lo más probable es que acabes vomitando.
11. Lo más probable es que acabes vomitando, y con la cara hecha un cuadro.
12. Bailas y cantas como si no hubiera mañana.
13. Te haces fotos y se te suelta la lengua, y dices cosas de las que lo más seguro sea que te arrepientas.
14. Te pones súper cariñoso con todo el mundo, y tienes que recordarle cada dos segundos lo mucho que los quieres.
15. Si pasa algo, te afecta con más facilidad y si te cabrean, cuidado.
16. No recuerdas nada al día siguiente, mucho menos cómo llegaste a casa.
Bebed con moderación, amigos (aunque sea para que la resaca no sea tan dura)