9 cosas que no quieres en tu piso de estudiantes

Porque si pagas alquiler, es para no tener que vivir con estas cosas.

Evidentemente tu piso de estudiantes no es como vivir en casa con papá y mamá.

1. La cama de la niña del exorcista.

Aunque lo que más odias es el cabecero, ese cabecero horrible y tan grande que se podría haber salvado medio Titanic.

2. Las cortinas de "Los Otros".

Tu piso no va a salir nunca en ninguna revista de decoración, ya te has hecho a la idea, pero al menos deberías intentar que no saliera en Cuarto Milenio. Deberías empezar quitando esas cortinas que no sabes si es que son de ese color o es que no se han lavado nunca.

3. Trampas para erizos.

Me refiero a los 136 canutos de papel higiénico que viven en tu piso sin pagar alquiler, si quieres hacerte un telescopio hay otras maneras. Es tradición que en un piso, alguien deje siempre los canutos del papel, por lo que es muy probable que al cabo de un tiempo, nadie los recoja. 2 meses después tendréis canutos como para construiros vuestro propio aeropuerto.

4. Los cuadros "random" que te deja tu casero.

Puede que los haya pillado en el chino para tener algo que colgar, puede que sean de algún pariente lejano que creía que podía dedicarse a la pintura porque nadie le dijo a tiempo que no era lo suyo o puede que, incluso, sean cuadros hechos de macarrones por si algún día se te olvida ir a comprar y no tienes para comer. En cualquier caso, hacen de todo menos decorar.

5. Una nevera demasiado pequeña.

No es que la nevera sea demasiado pequeña, es que sencillamente compartir nevera entre 4 personas, te da para tener una barra de fuet y poco más. Peor es el congelador, aunque eso da igual, en un mes estará tan congelado que ninguno de vosotros conseguiréis abrirlo.

6. Esa mesa del salón que tu casero se trajo del pueblo.

Probablemente se la trajo junto con todos los muebles del salón. Cuando entras en casa puedes retroceder hasta el siglo XIX. A tu casero no se le va a llenar la casa de cartas de Hogwarts, pero sí de folletos del IKEA. Si existen ese tipo de sitios es para hacerle la vida más fácil a la gente que no tiene gusto decorando y que cree que el minimalismo es una enfermedad que contagian los animales.

7. Un armario que ocupa la mitad de tu habitación.

Literalmente, pero aún así ni siquiera te da para guardar toda tu ropa. Tienes que elegir entre la cama y el escritorio, porque las dos cosas difícilmente te van a caber. Todo por un armario que podría ser perfectamente la puerta a Narnia, pero que por desgracia no lo es.

8. A Maradona.

Así se llama la pelusa que vive en tu casa, nació de la unión de ese millón de pelusas sueltas que tenías por el piso y ahora es prácticamente un mueble más. Eso sí, si te pones encima de ella, es más cómoda que el sillón y cualquier silla de la casa.

9. La novia, o peor, el NOVIO de uno de tus compañeros de piso.

Este rival los supera a todos, un mueble del que no querrás oir hablar. Empezará viniendo de vez en cuando, poco a poco lo irás viendo más por las zonas comunes, por la cocina, por tu nevera, vaciándola. Tu compañera te dirá que no es nada serio, joder claro que no es serio, está viviendo en tu casa sin pagar alquiler. No te preguntará si molestan porque está claro que molestan, acabarás deseando estar en clase con tal de no llegar a casa y encontrarte al tamagotchi de tu compañera asomado al armario de las galletas.

Ocuparán el salón y tú sobrarás, ocuparán la cocina y tú sobrarás (las primeras veces que venga creerán que están en masterchef y si quieres cenar tendrás que limpiar todo lo que los "chefs" han puesto por medio), acabarán ocupando toda la casa y tú quedarás recluido en tu habitación, con los cascos puestos y escuchando Alex Ubago. Aunque lo que más te gustaría es tirar la pared a puñetazos o traerte un troll de las cavernas y hacerles la competencia.

Malo con cara de bueno. Estudio ADE y comunicación audiovisual en una universidad de muggles pero durante el verano me voy a Hogwarts y defiendo la Tierra Media. También escribo, pinto y coloreo casi sin salirme. Me gustan los gatos.
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