Nada como los amigos para hablar largo y tendido. Y lo bueno es que vale CUALQUIER tema. 5 conversaciones típicas con tus amigos.
1. La inútil. Suele ser esa conversación que todos necesitamos tener con nuestros amigos cuando tenemos o creemos tener un problema grave: esta puede ir desde que hemos suspendido todas las asignaturas en el ultimo año de carrera, hasta los problemas en las relación con el capullo de turno del que nos hemos encaprichado. Se denomina inútil porque da igual la cantidad de buenos consejos que intentemos dar a nuestro amigo allí presente, lo mucho que nos rebanemos los sesos en busca de una solución lógica y adecuada. No importa, él o ella van a escucharte, a decirte que tienes razón y a agradecerte sobre todo que le hayas abierto los ojos, pero aunque lo intentes va a ser irremediable: se va a dar media vuelta y como no, va a hacer lo que le dé la gana.
2. La culta. Puede que haya días que te despiertes con ganas de pasártelo bien, otros con ganas de fiesta, y otros simplemente queréis solucionar el mundo, la economía global y las políticas medioambientales, las leyes más recientes y todos los cambios que se han producido en el gobierno son los temas con los que te has vestido hoy. Estas dispuesto a convertirte en la persona que lleve la solución en las manos y por supuesto tienes que hacer participe de ello a tus amigos. En la cafetería de siempre y en la mesa de siempre, o con unas copas de más (lo que llevará a la decadente perfección de la conversación), os ponéis a hablar como si de premios nobeles se tratará. Confiáis en vosotros y sacáis la parte más inteligente que tenéis escondida, discutís, debatís y hasta podéis llegar a llamar la atención de la mesa de al lado.
3. La profunda. Unos días podéis hablar de las economías sumergidas y, al instante, preguntaros por qué sois esa mota de polvo perdida en el universo. Agradecer al mundo que os ha creado se os queda cortos, plantearos el por qué de vuestra existencia, si habrá vida o no después de la muerte. Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos. Qué me pongo mañana también es una variante.
4. La de exaltación de la amistad. Esta suele venir después de unas copas de más alrededor de las 5 de la mañana, el detonante es muy breve, imperceptible, con que uno de vosotros se abrace al que tiene al lado, todos empezáis de deciros lo mucho que os queréis y os habéis de echado de menos. Planes de futuro, casas en la misma urbanización, bodas compartidas… Es más, si no encontráis pareja en unos años, os juráis amor eterno y acabar juntos, permitiendo una relación abierta, claro. Los te quieros se quedan cortos y solo hay una regla, el que menos amor demuestre, pierde.
5. La de vuestro pasado. Da igual dónde estéis y con quién estéis, un pequeño click en vuestro cerebro y empezáis con esas míticas palabras:”Buah tía como aquel día cuando…” La conversación deriva en una noche, tarde o mañana que os encanta recordar, es vuestro hazañas bélicas particular. Lo cierto es que solo tiene gracia entre vosotros, pero os pasaríais la vida recordando esos momentos, solo vuestras miradas se entienden, esos choques de manos que no hace falta que se vean. El resto de vuestros amigos ya tienen asumida esa historia como casi suya, pero empiezan a estar cansados de oírla, aun así es vuestra y nadie os la podrá quitar.