Ese lunes de septiembre que fuiste a clase en la universidad por primera vez es inolvidable. Aún recuerdas la ropa que llevabas y lo llenísima que estaba la clase (jamás la volviste a ver así). Te preguntabas si había gente que ya se conocía o si no eras tú la única persona que se enfrentaba en soledad a la idealizada facultad. Sin embargo, aunque lo recuerdes todo con lujo de detalles, incluso esa horrenda camisa de manga corta que llevaba aquel niño, estás cursando tus últimos meses de estudio. Por eso, hoy traenmos esos pensamientos que se pasean por tu cabeza en esos momentos:
1. El TFG. Sí, sí, te quedan menos de dos meses para entregarlo, pero tú sigues confiando en que la inspiración te va a venir una semana antes, y no. De hecho, piensas en él y te sientes culpable, pero se te olvida en cuanto te proponen algún plan, sin embargo, él no hace lo mismo contigo y siempre está acechándote desde una esquinita de tu materia gris. En el fondo, es un mero trámite.
2. ¿Qué voy a hacer con mi vida una vez que haya terminado la carrera? Llevas desde el primer cuatrimestre de tu trayectoria universitaria soltando las ganas que tienes de acabar, mientras al mismo tiempo sientes un escalofrío debido a los pesimistas pensamientos sobre qué acabarás haciendo cuando termines.
3. Puedo montar una tienda de cupcakes y cookies. En mi caso, ese es siempre mi plan B, que me llevaría al plan C de ir probando (y comiendo) todo aquello que horneara, algo que a su vez me tendería la mano al plan D, acabar yendo al gimnasio para quemar el frosting de aquella minimagdalenita.
4. ¿Habré aprendido verdaderamente algo de todo lo que estos señores han pronunciado estos cuatro años? Esto es lo que te preguntas justo después de darte cuenta de que ni siquiera recuerdas el nombre de algunos de tus profesores. Luego te calmas porque ellos nunca se aprendieron ni el tuyo ni los de tus compañeros y ahí siguen con sus trabajos y sus vidas. Tranquilo, sólo es un pequeño ataque de pánico, claro que has aprendido cosas...
5. Yo me imaginaba mucho más mayor cuando pensaba en mí en esta época de mi vida. Esto es algo que te pasó cuando tenías diez años y te imaginabas al volante de un coche también o tramitando tu contrato de luz y agua con el aspecto de esos adolescentes de serie americana interpretados por actores de treinta en adelante.
6. ¿De verdad a esa persona le van a dar el mismo título que a mí? Pues sí, a esa gente que ha ido dos días a clase, que ha vivido de los apuntes de los buenazos, que se presenta el día antes del examen y levanta la mano para que lo vea el profesor, a los que se hacen los filosóficos pero lo único que hacen es repetir la misma perorata una y otra vez... (Esto parece un anuncio de Coca Cola) Sí, ellos también serán graduados en (introducir nombre de la carrera).
7. Tienes miedo de acabar en la cola del paro. Tranquilo, consuélate con el hecho de que si eso sucede, puede que no pierdas de vista a tus amigos de clase... Una de cal, y otra de arena.
¡¡¡Que no!!!
Aprovecha lo que te quede, hasta las clases, que si ya parece que todo ha pasado volando, más lo parecerá dentro de un año.