8 cosas que piensas cuando vuelves sola a casa por la noche

No te dejes guiar por el femenino del titular y lee esto, porque probablemente te interese.

Un día cualquiera, en un pueblo o ciudad cualquiera de un país cualquiera puedes sentirte identificada con esto.

No, no se te agolpan estos pensamientos de casualidad. No, no eres una paranoica, aunque vale, puede que esa sombra sólo sea eso, una sombra. Y por supuesto no, esto no es "otra tontería de las nuestras". Puede que quizás se entienda mejor sabiendo que según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer que llevó a cabo el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad un 12.5% de las mujeres mayores de 16 años han sufrido violencia física o sexual a lo largo de su vida, algo que se traduce en un total de dos millones y medio de mujeres.

Soy incapaz de borrar aquello que dijo un día el que era mi profesor de Análisis del Discurso: "las mujeres caminan más rápido a partir de las 10 de la noche" (algo que tildó luego de posible título de novela negra nórdica, muy acertadamente en mi opinión). En ningún momento dijo eso de broma, de hecho, lo comentó totalmente en serio mientras hablábamos de los mensajes implícitos y explícitos.

Nadie le llevó la contraria porque todos sabemos que es verdad, que la afirmación, por desgracia, es totalmente cierta, que es cierto que no lo es mismo que te cruces por la noche con un chico en una calle por la que no pasa nadie más, a que pase lo mismo por el día. No importa que no seas chica, esto también te interesa a ti.

8 cosas que piensas cuando vuelves a casa sola por la noche:

1. "Creo que voy a sacar el teléfono para hacer como la que habla con alguien y que parezca que me están esperando".

Esto pasa 9 de cada 8 veces (sí, 9/8). Sacamos nuestra faceta interpretativa y nos lanzamos a por un monólogo que tenemos más que estudiado: "¿Qué pasa?, ¿dónde estás?, ¿me estás viendo? Pues yo a ti no...".

2. "Voy a andar por el centro de la calle, no vaya a ser que salga alguien de algún portal".

Sí, eso amigos es el miedo, hasta ese extremo nos lleva la inseguridad de no saber si vamos a llegar al destino o no.

3. "Mejor no cojo taxi sola, me espero a que pase el bus". 

Y no, no es porque tengamos nada en contra de los taxistas, para nada, pero probablemente tu madre te haya dicho "coge mejor transporte público que taxi".

4. "Tranquila, tranquila, es solo un chico y aunque la calle esté vacía no te tiene que pasar absolutamente nada, podría ser tu hermano". 

Pero lo piensas, no lo puedes evitar, tu mecanismo de defensa está en modo "ON" aunque no quieras sentirte así, y si fuera necesario, te preparas para correr.

Dejo esto de Juan Soto Ivars en El Confidencial: "Por qué le doy miedo a esa chica que anda sola por la calle"

5. A mayor tránsito por una calle, mayor alivio.

Una regla de tres directamente proporcional. 

6. "Puede que si bajo la mirada al suelo nadie se dé cuenta de mi existencia".

De esta forma puedes evitar comentarios soeces y demás chorradas que te acostumbras a oír, o eso crees tú.

7. "¡Mierda! Un bar con gente en la puerta. Mejor me cambio de acera". 

No, no es que toda la gente que salga a la puerta del bar sea estúpida y maleducada, puede que solo hayan salido a fumar o a que les dé el aire, pero básicamente quieres evitar lo mismo que comentaba arriba.

8. Ya estás llegando a tu casa, sacas las llaves 50 metros antes de llegar para no tenerte que parar en tu puerta o portal por lo que pueda pasar.

Sí, ahí está, metes la llave en la cerradura mientras tu sentido arácnido detecta todo lo que está sucediendo a tu alrededor. Ya está, estás dentro y escuchas la tele encendida mientras tus padres duermen "viéndola". Una noche más superada.

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