Las 10 cosas más odiosas del mundo

¿Hay algo pero que desenredar los auriculares?

1. Reponer el papel higiénico.

Y es que no hay cosa que dé más pereza... Por eso, siempre tenemos la filosofía de “ya lo cambiará el siguiente”.

2. Que te cojan el móvil.

Cuando le estás enseñando cualquier cosa a alguien en TU MÓVIL, ellos se toman la libertad de cogértelo. Pero, vamos a ver, si se ve perfectamente lo que te estoy enseñando, qué necesidad tienes de cogerlo.

3. Y, aún peor que la anterior, que, al enseñar una foto, y encima de cogerte el móvil, deslicen la pantalla.

En serio, NO DESLIZAR, SÓLO OBSERVAR. 

4. Los carteles de “Tira y Empuja”.

Son totalmente inútiles, y es que, estén o no, siempre haremos lo contrario de lo que ponga.

5. Las etiquetas de “consulta al dorso”.

¿Qué necesidad hay de poner esa frase cuando puedes poner directamente la fecha de caducidad? Vaya ganas de marear a la gente.

6. Desenredar los cascos.

Da igual que les dejes bien enrollados o que les tires dentro del bolso. Siempre aparecerán hechos un absoluto lío y, tardaras tanto en desenredarlos que acabarás no usándolos (o usándolos “a tu manera”).

7. Quitar la etiqueta a la botella y que se quede pegajosa.

Tú tranquilamente decides quitarle esa horrible etiqueta que han decidido poner a tu botella de agua, pero, cuando la quitas, sucede algo peor, y es que, se quedará pringada de pegamento, igual que tu mano.

8. Que te mientan con las notas.

Todos hemos tenido el típico compañero de clase de “sólo me lo he leído”, “me he quedado en blanco, tío”, “no llego ni al dos”, y, que luego saca un pedazo de notaza. Pero, ¿de qué vas? De verdad, este es el tipo de personas más repelentes que te puedes encontrar en el mundo entero.

9. Que no te miren al hablar.

Vamos a ver, estoy empleando mi tiempo para hablar contigo, ¿por qué no me miras a la cara? ¿Por qué?

10. Coger la vuelta al pagar.

No hay cosa peor que el estrés al pagar en una tienda, que si coge la bolsa, la cartera, la vuelta, el ticket, y, por si fuera poco, que te devuelvan las monedas encima del ticket. Pero, señora cajera, ¿no se da cuenta de que la monedita se resbala y se cae?

[Colaboración: Sandra Donda]

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