11 cosas por las que nunca le diste las gracias a tu mejor amiga, pero siempre quisiste

Tu mejor amiga es una de las personas mas importantes en tu vida y a menudo te olvidas de darle las gracias.

En lo bueno y en lo malo, no sabes como, pero siempre te entiende. Y el agradecimiento que le debes se pierde entre los momentos de dolor y alegría que ambas compartís. Le das las gracias por las pequeñas cosas, como aquel día que te hizo la cena, o la película que te prestó, pero raramente, si es que alguna vez ocurre, le agradeces lo que de verdad importa.

Os dejamos 11 de esas cosas que te olvidaste de agradecerle, pero que siempre quisiste.

1. Por todas las veces que te dejó volver a su vida después de que te distanciaras de ella.

Ya sea por una relación, por intentar buscarte a ti misma o por otras razones personales, tu mejor amiga siempre te deja vivir tu vida durante un tiempo porque sabe que en algún momento volverás como si nada hubiera pasado.

Tú estás destinada a probar cosas nuevas y equivocarte unas cuantas veces; eres libre de embarcarte en tu propio viaje.

Pero, al final, te das cuenta de quien y que es importante en tu vida. Y que no importa cuantas veces te pierdas, porque siempre encuentras el camino de vuelta y tu mejor amiga siempre estará ahí para darte la bienvenida.

2. Aquella vez que estuviste en una media-relación con alguien que no se merecía tu tiempo ni esfuerzo, y aun así ella no te paro.

¿Te acuerdas de aquel chico cuyas palabras eran como una dulce sinfonía cada vez que hablaba? Echando una mirada a tu pasado, te das cuenta que no era más que el resultado de una buena búsqueda en Google.

Aunque hubiese sido una buena llamada de atención por megáfono o lanzándote un cubo lleno de agua congelada directamente a la cara para traerte de vuelta a la realidad, tu mejor amiga dejo que deambularas por las nubes.

La mejor manera que tenemos de aprender es a través de la experiencia, y ella dejo que te enamoraras locamente hasta que esa sinfonía se convirtió en una basura auto-sintonizada.

Gracias a ella, ahora sabes que tipo de gente evitar y tienes incontables historietas sobre “¿Cómo-Se-Llamaba?”.

3. Por tener tanta paciencia cuando hablas sin parar de tu vida y tus problemas y te olvidas de preguntarla que tal está.

A veces, estás contando algo y te olvidas completamente de darte un respiro durante ni siquiera 30 segundos. Y, cuando por fin ella tiene la oportunidad de decir algo, tu accidentalmente la cortas por completo y consigues volver a ser el tema principal de conversación.

Nunca lo haces aposta, y sabes que su vida es tan importante como la tuya, pero a veces te olvidas de que no todo se mueve a tu alrededor.

4. Aquella vez que ella, muy a su pesar, fue a una cita doble contigo, el chico que te gustaba y su amigo.

¿Te acuerdas cuando te gustaba aquel chico? Y que como todavía no le conocías del todo bien, le preguntaste si quería quedar contigo, con el buenorro que te gustaba, y con el “mediocre” amigo del buenorro.

Ella dijo que no porque sabía que iba a ser prácticamente una cita doble. Le prometiste y rejuraste que estarías con ella toda la noche, y ella se siguió negando.

Pero, porque es tu mejor amiga, al final cambió de opinión y la noche terminó siendo súper incómoda para ella. No hace falta ni mencionar que tú no pasaste toda la noche pegada a ella aunque le dijiste que lo harías. Ups.

5. Por prestarte tu camiseta/falda/joya/película favorita y dejar que tardases una vida en devolvérsela.

Ya sea porque la perdiste, o porque te gustaba tanto que siempre te “olvidabas” de traerla cuando quedabais, sabías que ella la quería de vuelta, pero siendo un poco egoísta, te la quedaste.

Meses o incluso años después, la “encontraste” —o la volviste a comprar si la habías perdido— y por fin te “acordaste” de meterla en tu bolso. Al menos se la devolviste, ¿no?

Y para todas las que todavía tengáis la camiseta/falda/joya/película favorita de vuestra mejor amiga, quizás vaya siendo hora de que se las devolváis.

6. Por estar a tu lado durante tus años más oscuros.

Cuando te pasas por tu Tuenti, o tus fotos antiguas (las que hiciste con tu cámara digital o esas de usar y tirar o una BlackBerry), es difícil pensar que alguien quisiera ser tu amiga en esos tiempos.

¿El aparato dental?¿El flequillo desfilado? ¿El acné que se extendía por toda tu cara durante el inicio de tu adolescencia? Ella estuvo contigo durante todo ello.

7. En lugar de juzgarte cuando te llenas la boca con carbohidratos, se une a ti.

Tu mejor amiga no seria tu mejor amiga si no disfrutarais de este pasatiempo juntas: comer. Si hay algo que siempre queréis hacer juntas, eso es comer.

Cada vez que os juntáis, siempre hay algún tipo de bebida o comida que os acompaña.

Habláis y coméis. Veis la tele y coméis. Compráis y coméis. Conducís y coméis. Tu mejor amiga nunca te juzga por comerte dos trozos de pizza, yogurt helado, y galletas de cena. En lugar de ello, se sienta tu lado y comparte tu cena.

Eso, eso es una amistad de verdad.

8. Por todas las veces que te cubrió las espaldas cuando tus padres le preguntaban qué tal fue esa “cena a la que fuisteis juntas el otro día”.

Excepto por el hecho de que obviamente no hubo ninguna cena, y ni siquiera estabas con ella. Y te olvidaste informarla de que supuestamente había una cena a la que tú estabas invitada. Afortunadamente, vosotras habláis vuestro propio lenguaje, y la mirada que le echaste fue suficiente para que ella entendiera lo que pasaba.

9. Por dejar que su casa fuese como tu casa.

Me refiero a dejarte que le robes su cama cuando te quedas a dormir en su casa, olvidarte de desenchufar la plancha o ponerla de vuelta en su sitio, probarte medio armario suyo y tirarlo todo por el suelo.

Esta categoría también incluye los derechos reservados a su nevera, y tirarte en su sofá como si estuvieras esperándola en su propia casa.

10. Por nunca decirte “te lo dije” en alto.

Aunque lo piense, no ha dicho nada cuando tu le dijiste que tenía razón, ni siquiera esas tres palabras. Las amigas de verdad no necesitan montar un pollo cuando una de las dos hace algo mal.

Vosotras compartís algo especial y tenéis una manera de comunicaros sin palabras, no hace falta echarle en cara que tenías razón o viceversa. Hay un conjunto específico de frases que usáis muy a menudo, pero “te lo dije” no es una de ellas.

11. Por siempre decirte las cosas tal y como son.

Tu mejor amiga es la única persona que siempre será brutalmente honesta contigo.

Se reirá de ti y el conjunto que lleves, te lanzara miradas asesinas cada vez que menciones a “¿Cómo-Se-Llamaba?” y te echará en cara las malas decisiones que vas a tomar incluso antes de que tu misma las hagas —porque las dos sabéis que te vas a arrepentir en un futuro—.

Te deja llorar, revolcarte, y desahogarte cuando lo necesites, pero cuando llegue el momento de levantarte y dejar esa mala racha atrás, no te va a seguir ofreciendo su hombro para llorar, pero te ofrecerá su mano para ayudar a que te levantes.

Sin sus consejos, amistad, o su número memorizado en tu cabeza, estarías perdida en este mundo.

H/T: Sarah Santos / Elite Daily

Viviendo en un avión entre España y EEUU. Nací con un libro en una mano, y un bolígrafo en la otra. Adoro el frío, las noches de tormenta, y el café cuando no sabe a café. redescubriendolasamericas.wordpress.com
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