5 razones por las que Taboo merece —mucho— la pena

Tom Hardy es la razón principal, pero es que esta serie te dejará sin palabras.

Cuando te piden que recomiendes una serie, uno acaba sintiéndose que está intentando responder la pregunta del millón. Pero, a veces está pregunta tiene una rápida y sencilla réplica: Taboo.

Tom Hardy vuelve a dar lo mejor de sí, en una serie con un trasfondo político que se desarrolla en una época en que las tensiones producidas por los daños colaterales de la guerra anglo-americana amenazan con dejar en la ruina a un país que todavía está en contienda con la Francia napoleónica.

En este contexto se mueve el personaje de James Keziah Delaney, que surge de entre los muertos para heredar unas tierras que pueden ser clave para la victoria de la corona. Delaney acabará enfrentándose al Estado, al pueblo y a su familia para conseguir lo que se propone: venganza.

Desde The Idealist, te damos cinco razones por las que debes darle una oportunidad:

1. Tom Hardy, ni más ni menos.

Si aún no lo conoces ¿en qué mundo vives? Actor que tarde o temprano pegará el estallido que se merece. A sus espaldas tiene peliculones, y no me refiero solo a Mad MaxWarrior, Bronson, El renacido, El caballero oscuro: la leyenda renace, Origen, entre otras. Y que es co-creador de la serie junto a su padre y Steven Knight.

2. Steven Knight.

Vale, es muy posible que así a bote pronto no tengas ni idea de quién te hablo. Pero si te digo que es el creador de los Peaky Blinders, la cosa ya te suena. Dicen las malas lenguas que Knight aceptó el proyecto de Taboo propuesto por Tom Hardy, solo si éste aceptaba salir en los Peaky Blinders y en su arriesgada Locke (peliculón de 90 min que se desarrolla en un coche y con un Hardy plétorico).

3. Oona Chaplin.

Actriz española que demuestra que hay vida después del “enchufismo” del cine español, siempre que sepas inglés.

4. La fotografía de la imagen.

Nos muestra una Inglaterra de la época victoriana con esa suciedad grasienta de la revolución industrial enfrentada a la decadencia de la riqueza de clase alta en un país cuya moral es tan baja como la inmundicia de sus calles.

5. Es una miniserie.

Sólo perderás 8 horas de tu vida, y eso en un mercado actual tan sobreexplotado como lo es el mundo de las series, es de agradecer.

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