50 Sombras de Grey: 9 razones por las que todas queremos un Christian Grey

El estreno de la versión cinematográfica está al caer (San Valentín) y desde hace unas semanas ya puedes comprar las entradas. Toda una locura. ¿Pero por qué tanto interés por 50 Sombras de Grey? ¿Qué tiene Christian Grey y esta historia en particular que cause tanto furor en las mujeres? Me he propuesto desvelar el misterio a través de las razones que (personalmente) creo que nos llevan a desear un Christian Grey en nuestras vidas (cuidado, SPOILERS) Porque, que sea inmensamente rico y tenga un cuerpo de Dios Griego no son los únicos motivos:

1. Solo tiene ojos para una mujer: un hombre capaz de centrarse única y exclusivamente en una mujer es, cuanto menos, excitante. Cuando va por la calle, no mira a otras mujeres, no mientras esté ella a su lado. Es cierto que el personaje en ocasiones roza el acoso, pero nadie es perfecto.

2. Deseo sexual sin remordimientos: Christian devora a Anastasia con la mirada, sin el más mínimo ápice de vergüenza. Es un hombre calmado, sabe controlarse y aún así la desea de una forma tan intensa que su autocontrol está siempre al borde del precipicio. Sus ganas por perder el control y acabar con la tensión sexual son tan grandes que sentir su mirada desnudándote por completo en sí ya es erótico.

3. Sabe lo que quiere y va a por ello: todo lo que hace, lo hace apasionadamente. Tiene claro qué quiere conseguir, qué le gusta y qué desea. No le importa sacrificar lo que haga falta con tal de conseguir lo que quiere. Se arriesga y no para hasta conseguirlo.

Anastasia: ¿Por qué...? Christian: Porque puedo.

Eso hace que desarrolle una seguridad en sí mismo que nos quite el aliento.

4. Agresivo y dulce: si él siempre fuera agresivo sexualmente con ella, acabaría siendo aburrido. Lo repetitivo y predecible cansa. Él es de todo menos predecible. En la cama tiene el control, y lo último que podrías esperar de él son caricias suaves y sexo convencional. Pero cuando no están en la cama, es atento, cariñoso, no deja de abrazarla. Es ese contraste entre ser un tipo duro y sensible, agresivo y dulce. Es un huracán de energía masculina que no sabes si te va a destruir o te elevará al séptimo cielo.

5. Decisivo: no se anda con jueguecitos de “ahora quiero estar contigo” y dos meses después “ya no quiero nada serio, lo siento” Cuando toma una decisión, y va a por lo que quiere, no hay nada ni nadie que le pare o le haga cambiar de opinión. Por eso antes de hacer nada, se lo piensa. Pero una vez lo tiene claro, agárrate los machos.

6. Éxito, inteligencia emocional y vida saludable: Christian se controla a sí mismo, porque puede. Es capaz porque decidió en su momento invertir tiempo y esfuerzo en desarrollar una serie de habilidades. Por eso le gustan los retos. Le gusta ponerse a prueba. Por eso es un hombre de éxito, tiene inteligencia emocional y está tremendo físicamente.

7. A pesar de todo, es vulnerable: Es consciente de que hay algo que está mal en él y desea cambiar, mejorar. Que un hombre duro, controlador y seguro de sí mismo muestre su faceta oculta de fragilidad y vulnerabilidad es muy, pero que muy atractivo. Nos demuestra que le da igual lo que piensen los demás, o lo que pensemos nosotras de él. Su masculinidad no se verá afectada por mostrarnos sus debilidades.

8. Posesivo/celoso: es cierto que a las mujeres no nos gusta que nos asfixien ni nos controlen hasta el extremo de localizarnos por GPS a través de nuestro teléfono móvil. Pero en cierta forma sí nos resulta atractivo que su autocontrol se tambalee cuando otro tío nos mira, cuando estamos en peligro, y sienta celos, totalmente contrapuestos con la seguridad en sí mismo de la que tanto presume. No confundamos los términos. Una cosa es que sea celoso por sus propias inseguridades (eso es atractivo y hasta adorable) y otra cosa es que sea celoso porque no confíe en nosotras, y no nos deje ni llevar falda corta para que los demás no nos miren. Todo tiene su justa medida.

9. Toma el control: a veces las mujeres nos cansamos de esperar, de tomar la iniciativa y simplemente queremos que sean ellos los que hagan algo, los que tomen las decisiones, los que manden. No por ello somos menos mujeres, y no por ello les convierte en machistas. Ni mucho menos. La clave está en el equilibrio del tira y afloja. Y qué queréis que os diga, a veces se agradece un “he reservado sitio para tal día” en lugar del constante “¿y a dónde quieres que vayamos hoy?”

Somos conscientes de que un hombre así solo existe en la ficción. Aún así, la esperanza es lo último que se pierde y mientras tanto, nos deleitaremos con Jamie Dornan. Aquí tenéis el tráiler de la película, para los que no la hayáis visto: