11 pequeños y a su vez grandes placeres de la vida

Ahora es el momento.

¿Qué es lo que nos hace felices? Es algo que está dentro de cada uno de nosotros, pero sin duda, hay cosas que logran acercarnos a esa meta. No, no es dinero, por mucho que se empeñen en decirnos en los anuncios de sorteos que esos gestos que hacen sus protas con la cara tienen pinta de ser muy caros, tanto como sus deseos. Lo que nos alegra el día a día está en los detalles, en los momentos, en el tiempo que nos dedican y que nos dedicamos. Estos son algunos de esos pequeños pero grandes placeres terrenales:

1. Llegar a casa y que la comida del almuerzo sea tu favorita. Si yo llego de la facultad o del trabajo, y hay en mi casa papas aliñás (que no patatas aliñadas) ya se me pasa todo, a comer y mañana será otro día. Este sucedía también con los tallarines de mi abuela. Fue maravilloso el día que desee con todas mis fuerzas que ese fuese el almuerzo y así fue. 

2. Darte un baño en vez de usar la ducha, así porque sí. Momento que no es necesario retratar para subir a Instagram [apunte]. Cuando salgas de la bañera, si es que puedes, el paso siguiente que debes dar es tumbarte en la cama... Ya el despertador llevará a cabo su cometido por la mañana.

3. Tener la seguridad de poder confiar en alguien, de saber que si llamas a esa persona a las cuatro de la mañana recibirás una respuesta aunque esté medio dormido. Y sobre todo, saber que será así para hacerle frente a la chorrada que pasa por tu cabeza antes de planchar la oreja o ante lo más complicado.

4. La gente que da las gracias, pide perdón o dice "por favor", la gente con un mínimo de educación, así en general. Y si la persona que hace algo de eso es un niño mejor que mejor, porque te devuelve la fe en la humanidad.

5. Encontrar un libro que sea capaz de engancharte, de hacerte pensar y de verter los conocimientos que te aporte en tu día a día. Uno de esos textos que te enseñen algo diferente cada vez que lo leas a los 15, a los 22 o a los 46.

6. Tener chocolate en la despensa, o helados en la nevera, o las dos cosas. 

7. Que alguien piense en ti cuando vea la mayor chorrada del planeta y te la regale. Que una persona se cruce un océano por motivos de trabajo y aún así se acuerde de comprarte la varita de Harry Potter, eso, eso no tiene precio.

8. Encontrar cuando menos te lo esperas eso que llevabas años buscando. Para unos será una foto, para otros un viejo juego, un amigo o los diez euros que dejaste en el bolsillo del abrigo el pasado invierno.

9. Un abrazo inesperado pero en el momento oportuno, de los de verdad. ¿Hay algo que siente mejor que eso? (Qué cursilada tan real acabo de soltar).

10. Esforzarse en algo y obtener resultados, en cualquier faceta de la vida: cuando un niño lee su primera palabra, cuando estudias para esa asignatura que se te da mal y sacas buena nota o cuando te propones cualquier cosa y la consigues. La autorrealización de Maslow.

11. Ser feliz contigo mismo y que la gente que te rodee te estime tanto que tenga como objetivo verte feliz y formar parte de esa felicidad, hacerla posible.

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