5 incontrolables situaciones que las mujeres sufrimos por culpa de la colonia

Lo de las mujeres con la colonia es para estudiarlo. 5 problemas que tenemos las mujeres por culpa de la colonia.

1. La colonia que anuncia en la tele el hombre de tus sueños es en realidad la colonia que usa tu padre. Es impresionante ese momento en el que estás en el sofá de tu casa, viendo la televisión con la boca abierta y muriendo de amor por culpa del nuevo anuncio de esa colonia cuando, de repente, sale en pantalla el frasco y el nombre de la colonia y la cara de idiota que se te queda al caer en la cuenta de que es la misma colonia que usa tu padre. No tiene precio.

2. Cuando el típico chico que nunca se ducha y siempre huele mal se echa tu colonia favorita después de haber hecho ejercicio. Estoy bastante segura de que todas hemos vivido ese momento en el que, después de las clases de educación física, ese chico que toda la clase sabe que no se ducha y que huele mal a todas horas saca ese bote de colonia que adoras, y se echa colonia por todo el cuerpo, y tus ojos se abren como platos, y tienes unas ganas impresionantes de quitarle el frasco y tirárselo a la cabeza a ver si aprende de una maldita vez que ESO NO SE HACE.

3. Chico feo con la colonia que te encanta. Vas una bonita y soleada tarde de verano caminando con tu amiga por el centro de tu ciudad cuando, de repente, hueles ESE olor y piensas “Oh, creo que el chico que usa esa colonia es, definitivamente, el amor de mi vida” y justo cuando acabas de pensar eso pasa por tu lado el chico que has pensado que sería el amor de tu vida y es feo, muy feo y encima viste mal y sufres porque es la colonia que te encanta y esa colonia solo pueden echársela chicos guapos y atractivos porque tú lo dices y punto.

4. Cuando estás en una discoteca y… percibes el olor del paraíso y haces un giro de 360º sobre ti misma porque no quieres dejarlo escapar y estiras la cabeza hacia donde se ha ido y suspiras de felicidad y luego abres los ojos o levantas la cabeza y descubres al paraíso mirándote con cara de qué coño hace la loca esta y encima es guapo, muy guapo y tú cara de subnormal en ese momento es para enmarcar.

5. Alguien a quien odias con la colonia que amas. Es, sin duda, uno de los peores momentos de tu vida. Cuando entras a una habitación y piensas “Oh ¿Quién será la persona con un gusto tan genial como para llevar mi colonia?” y te das cuenta que la lleva la persona que más odias de la habitación y no sabes si ir y cruzarle la cara por tener buen gusto, o hablar con el/ella para averiguar si de repente se ha vuelto simpático/a o llorar, llorar mucho. Normalmente te decides por llorar.