Gossip Girl es una de esas series que nos ha inculcado una idea de preconcebida de la ciudad de Nueva York, pero que también nos regaló cinco temporadas de sobresaltos y un final relativamente inesperado. Queridos, ¡volved a nuestras vidas!
Tengo una debilidad, no sé qué pasará, si no me doy el guuuusto... Eso es lo que pensarán las madres cuando empiezan a rifar tortas y a cambiarle el género a los sustantivos.