7 fases por las que pasa un universitario que estudia fuera de casa

1. Llegas a casa y tienes que hacerte la comida: mamaaaaaaá. Estudias, estás agotado pero tienes que ponerte a lavar la ropa, limpiar la casa y deseas con todas tus fuerzas vivir en casa de tus padres de nuevo.

2. Vuelves todos (o casi todos) los fines de semana a tu ciudad. No terminas de acostumbrarte a tu nueva vida y cuentas los días y los minutos que tiene un reloj para que llegue el día más deseado de la semana, VIERNES. Volver a tu ciudad, con tus amigos, la comida de tu madre, tu cama...

3. Venga, me quedo este finde. Hacen planes y tus amigos de clase te convencen para que te quedes el fin de semana. Aunque tardan en convencerte decides quedarte y aprovechar el finde con todos sus pros y sus contras.

4. No estudio bien en casa y me voy a quedar aquí. Tu hermano pequeño te molesta, tu madre distrae y tus amigas de insisten en que salgas así que lo mejor que puedes hacer es quedarte.

5. Vas y vienes. Empiezas poco a poco a ir un finde y otro no y así hasta hacer tu propia rutina.

6. Parece que estoy demasiado bien. ¿Irte a tu ciudad? ¿Para qué? Haces planes, entras, sales, estudias y aprovechas el tiempo. ¿Coger el tren el viernes? Uf, qué pereza. Mejor me voy para la semana que viene...

7. Me voy porque me apetece. Esta es la última fase; te vas porque realmente te apetece. Empiezas ya a volver menos. Ni echas de menos ni echas de más, simplemente te apetece pasar tiempo con tus amigos y tu familia en esa ciudad de la que tan orgullosa estás de haber nacido. Haces planes de viernes por la tarde a domingo por la mañana y vuelves a la rutina. De nuevo otra semana con millones de cosas por hacer y momentos que disfrutar y vuelve la pregunta de ¿me iré el fin de que viene? Depende de las ganas que tengas.

[Colaboración: Nerea Navarro]