En una semana llena de giros dramáticos, la saga de OpenAI y Sam Altman llega a un sorprendente capítulo con el regreso triunfal del emprendedor como CEO de la compañía, y con un nivel de poder reforzado. La historia, que ha capturado la atención mundial, comenzó con el repentino despido de Altman y su rápido fichaje por Microsoft.
Después de intensas negociaciones y un revuelo interno, el consejo de administración de OpenAI anunció un acuerdo en principio para que Altman retome su posición como CEO. Este retorno también incluye a Greg Brockman, quien previamente había renunciado en protesta por la destitución de Altman. Estos cambios significativos en la cúpula directiva reflejan un intento de estabilizar la situación tras una semana tumultuosa.
En medio de la noticia, Altman compartió su entusiasmo por el regreso, destacando la sólida asociación con Microsoft y el respaldo de Satya Nadella. Altman, quien inicialmente se unió a Microsoft tras su despido, declaró que "cuando decidí unirme a Microsoft el domingo por la tarde, estaba claro que era el mejor camino para mí y para el equipo. Con el nuevo consejo y con el apoyo de Satya, estoy deseando volver a OpenAI y seguir construyendo nuestra sólida asociación con Microsoft".
La reacción de los demás protagonistas ha sido variada. Mientras Brockman expresó su regreso de manera más aséptica, indicando simplemente que estaba "volviendo a OpenAI y a programar esta noche", Ilya Sutskever, quien se disculpó por su papel en las acciones del consejo que llevaron al despido de Altman, ha mantenido un perfil bajo.
La trama se complica aún más con el papel de Microsoft en esta historia. Satya Nadella, CEO de Microsoft, ha elogiado los cambios en el consejo de OpenAI como un "primer paso esencial" hacia una gobernanza más estable. Además, enfatizó su intención de colaborar estrechamente con Altman y Brockman para llevar la próxima generación de inteligencia artificial a clientes y socios.
El conflicto interno en OpenAI se manifestó de manera impactante con la carta firmada por casi el 97% de la plantilla, exigiendo la dimisión de la junta y el retorno de Altman y Brockman a sus puestos. Esta presión masiva, junto con la amenaza de renuncia del CEO interino Emmet Shear, fue un factor clave que llevó a OpenAI a renegociar con Altman y Brockman.
Además de los cambios en la dirección, se ha anunciado un nuevo consejo provisional, compuesto por Bret Taylor, Larry Summers y Adam D'Angelo. La intención es expandir este consejo hasta nueve personas que decidirán la futura gobernanza de OpenAI. Se rumorea que Microsoft busca asegurarse un asiento en este consejo, subrayando la importancia estratégica de la inversión de la empresa en OpenAI.
Esta odisea empresarial, descrita como una "telenovela legítima", inició con el abrupto despido de Altman, seguido por la dimisión de Brockman y la designación de un CEO interino. La carta masiva de la plantilla, la amenaza de renuncia y las negociaciones intensivas finalmente culminaron en el anuncio de la reinstalación de Altman como CEO de OpenAI.
En resumen, este fascinante relato empresarial ha concluido con un giro inesperado, dejando a Altman y Nadella con roles aún más prominentes en el futuro de OpenAI. La compañía, que nació con una visión más altruista, se encuentra en una encrucijada crucial mientras avanza hacia un modelo de empresa tradicional, marcando un hito significativo en su evolución.