7 cosas que te pasan cuando sales de hacer un examen

Porque el proceso es para describirlo de principio a fin.

Después de escribir sobre las dudas que nos asaltan en épocas de exámenes, sobre los tipos de pruebas que hacemos, de las recuperaciones de septiembre y de lo que pensamos mientras el profesor da vueltas por el aula cual chino en su tienda, creo que ha llegado el momento de hablar sobre ese momento de libertad coartada que es la salida del examen y sobre las cosas que nos pasan:

1. Hay gente hablando de las respuestas del examen. Tienes dos opciones: 1) Te arriesgas y escuchas quedando a expensas de lo que pueda pasar o 2) Sales corriendo en dirección opuesta tapándote las orejas y gritando "mimimimi" o "corta cartucho que no te escucho".

2. Después de lo anterior, baremas tus posibilidades y te quedas... Y nada coincide con lo que tú has escrito, ¡¡NADA!! 

3. Nada más salir por la puerta recuerdas eso que no ponías en pie en el examen, y maldices todo lo que puedes y montas en cólera y te pillas rabietas. Todo esto con cara de aparente normalidad, porque tú en un atisbo de madurez, lo interiorizas todo... Claro.

4. Suplicas que por favor el profesor no se haya quedado leyendo tu examen. Porque nada crea más pánico que echar un vistazo de reojo y ver que está leyendo tus respuestas. Si observas eso, evita por todos los medios el mirarle a los ojos, como al basilisco de Harry Potter y la Cámara Secreta.

5. Empiezas a preguntarte si no se te habrá pasado responder algo. ¿Habría alguna pregunta más en la carilla de atrás del folio?, ¿habrás dejado algún ejercicio a medias? Y aunque sepas de sobra que no, te lo preguntas y te atormentas como si no existiese mañana, hasta que tienes el suficiente valor para preguntarle a tu amigo para salir de dudas.

6. ¿Has echado una firma y escrito tu DNI en la hoja de asistencia al examen?, ¿estás seguro? Sí, sí, deja de preguntarte cosas absurdas. Vete ya pa' tu casa, que tienes que seguir estudiando para otros maravillosos exámenes.

7. Creo que he entregado todos los folios. Sí, sin duda... Espera, voy a mirar el bolso no vaya a ser que me haya quedado con más de la cuenta aparte de los borradores.

Venga, ya está, que lo has entregado todo, has firmado el folio de asistencia y te va a salir muy bien y no le vas a ver más el pelo al profesor... Al menos hasta septiembre.

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